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domingo, 9 de diciembre de 2018

El pan nuestro de cada día. El papel de las panaderias rurales.


Aspecto del Salón de Plenos previo al acto de entrega de las Medallas de Oro.

El pasado sábado día 8 de diciembre, en el Ayuntamiento de Quirós, se celebró un acto institucional de reconocimiento a la tradicional figura de las panaderías de pueblo que en el concejo quirosano, como en tantos otros, no sólo hacían y repartían pan sino que fueron, durante mucho tiempo, agentes mediadores entre Bárzana, la capital, y las aldeas más remotas, llevando noticias, medicamentos y recados varios. Varias fueron las personas que recibieron este plausible homenaje, representantes de las dos panaderías que desde los años cincuenta prestaron este servicio en el concejo: la de Santiago y Nélida de Bárzana y los de la Panadería Nueva, regentado por Antón el panadero y sus hermanos. Todos ellos manifestaron su alegría ante este homenaje que les dan los quirosanos, homenaje que ha sido un baño de cariño y de remover tiernos recuerdos en muchos casos infantiles y todos, todos entrañables. Se ve que los quirosanos queremos a los nuestros. Ovidio García, alcalde del concejo, les impuso, junto a otros miembros de la Corporación, las Medallas de Oro de Quirós en un acto que efectivamente fue muy emotivo, no sólo por la avanzada edad de alguno de los presentes y por circunstancias personales que hicieron añorar a los ausentes, sino, sobre todo, por lo que supuso de agitar memorias y evocar tiempos pasados, duros pero con encanto. Muchos de los presentes tiraron de hemeroteca y acudieron a sus tiempos de escuela, eran niños que iban a comprar el pan enviados por sus madres ocupadas en otras tareas domésticas o niños que las acompañaban de la mano hasta el local de la panadería donde el olor y el calor del horno eran siempre tan agradables. El alcalde o Fabián, Salud o Quico fueron algunos de los que compartieron anécdotas con los presentes. El acto sirvió de excusa a las familias para reunirse en una comida que se celebró a posteriori en un restaurante de la zona. Sobrinos, nietos y algunos sobrinos nietos a los que no ven habitualmente rindieron el sábado su particular tributo a sus mayores.
Nélida y su nieta.
 

En los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, el mundo rural comienza a sufrir una profunda modificación de los hábitos sociales, el auge de las minas y el inicial abandono del medio, en un goteo sangrante que dura hasta hoy, así como el incremento del movimiento de las gentes gracias a la mejora de los medios de comunicación, cambia también las formas de consumo y así las mujeres que amasaban, aunque algunas sigan haciéndolo en nuestros días para que no muera la costumbre, comienzan también a comprar pan recién hecho en una de las dos panaderías que se establecen en la capital del concejo y que pronto se organizaron para ofrecer un servicio integral a las aldeas. Cuenta a este medio José Luis Fernández, hoy concejal en el Ayuntamientos e hijo y sobrino de los fundadores de la Panadería Nueva, que “el duopolio que se estableció siempre funcionó muy bien”, las dos panaderías se repartieron en una entente cordial las aldeas del concejo para llegar a todas y también Bárzana “mi madre iba con unos cestos a repartir el pan por La Pedrera mientras que Santiago y Nélida repartían en las Colominas”. Cuenta también, y lo cuenta muy bien, que casi todos los de la familia pasaron por el horno "allí trabajó mi prima y trabajé yo, el carnet lo saque con 18 años y a repartir pan, desde aquella no me gusta nada la nieve porque tenías que ir con la furgoneta y la pala, y cuando la nieve te impedía seguir, bajarte a espalar para poder dar el servicio a los vecinos. Al final la panadería la llevaba el hijo de Firme, Juan Carlos, que hoy continúa la tradición con una panadería que tiene en Oviedo". La panadería tuvo dos locales, uno cerca del Teixo en Barzana y otro en la carretera general al lado de Casa Fortunato "donde construyeron el edificio de tres plantas y nos trasladamos a vivir, el local de la panadería estaba en el bajo y era muy cómodo, lo malo es que no teníamos horarios, la gente venía a cualquier hora, el trato era muy cercano, pero nunca hubo un despacho de pan propiamente dicho en Bárzana". Recuerda José Luis también la costumbre que había de apuntar en una libretina, se fiaba, la relación se basaba en la confianza cliente proveedor, "los clientes tenían cuenta, se apuntaba en una libreta y cuando cobraban el jornal, pasaban a liquidar lo pendiente."
Antón, Firme junto a su esposa Maruja, Rosaurita, viuda de Jesús y una de sus hijas.

Pero si hay una persona de estas familias conocida y querida por todos es José Antonio Fernández Quirós, Antón el panadero, el miembro de estas panaderías más mediático. Si fueran millennial, Antón sería youtuber y/o influencer, sin duda. Muy cercano y de conversación amena y divertida que salpica de anécdotas, en los últimos años fue protagonista  junto a Quica, la güelina de Quirós del famoso vídeo que trajo al concejo el concierto de Celtas Cortos en el año 2012 y "Güelu del Aramo" en 2016 en la Fiesta del Cordero en el Prau Llagüezos.

Todos sus hermanos, menos el mayor que falleció durante la guerra civil, formaron parte de la panadería de una forma u otra, pero también desempeñaron otros trabajos, así Firme por ejemplo, regentó durante muchos años la sidrería El Gato Negro en el antiguo en Oviedo. De una familia grande de siete hermanos, Antón siendo un “guajete” ya iba a la mortera con la “becera”. Recuerda como los neños de las Vallinas y de la Villa se juntaban en la Canga y desde allí a la mortera o al puerto. El subía de un poco más abajo, de Villar de Salcedo adonde se trasladó con dos años. Durante mucho tiempo compaginó su trabajo como ganadero con su profesión como panadero de la que hoy está jubilado. Dice que le ayudó mucho para tratar con la gente su sentido del humor y su conversación, pero sobre todo la experiencia y la sicología. Recuerda como comenzó su periplo como panadero con un caballo aparejado con dos “banastras” en las que llevaba el pan tapado con una manta hasta Santa Marina y de Santa Marina a La Pachuca. Luego paso a un carro lo que le permitía ir a caballo, de ahí a una furgoneta. 

Nieves, viuda de Luis.
Se juntaron este sábado el blanco de la harina con el polvo negro del carbón y cuenta Antón que también trabajó en las entrañas de la tierra que se decidió por la panadería cuando vio pasar la muerte por su lado en dos accidentes de mina. "Salí porque no era lo mío" y, sin duda, su elección hoy la celebramos.

Antón ha sido testigo de la historia de este concejo y de la llegada del progreso en forma de carretera a las aldeas. Tiene mucho que contar. Viudo desde hace más de veinte años de Rosa, hoy se encuentra viviendo en Oviedo. Hasta no hace mucho tiempo no era difícil encontrarlo en alguna fiesta de prao  tratando con galantería a alguna mujer para las que siempre y con exquisita educación siempre un requiebro o un cumplido. Es fácil encontrarlo por el barrio dónde vive en Oviedo paseando o charlando con algún vecino, siempre que puede escapa para Quirós en dónde guarda sus mejores recuerdos. Mañana estará acompañado por su hija y su familia, pero también por su hermano Firme, por sus cuñadas Maruja, Rosaurita, viuda de Jesús y Nieves, viuda de Luis, entre hijos, nietos, sobrinos y sobrinos nietos, suman más de treinta personas las que solo de esta familia llenarán el Salón de Plenos del Ayuntamiento para recordar, por un momento, un tiempo que ya no volverá pero donde su trabajo y esfuerzo fue muy necesario y apreciado. No se entiende aquel tiempo sin la figura de los panaderos como no se entiende la dieta de nuestros padres y abuelos sin el pan de cada día, alimento humilde y básico de nuestra dieta.

 

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