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miércoles, 30 de enero de 2019

Sutil acoso, igualmente acoso.

Estas navidades el amigo invisible de una niña que conozco le regaló unos tomates cherries. Esta forma sutil de invitar a hacer dieta estaría bien si la finalidad del amigo invisible fuese decir lo que tienes o debes hacer, si la niña no tuviera trece años y estuviese en pleno crecimiento y si además de pesar más que la media, no midiera también medio metro más de altura que esa misma media de su clase y estaría bien también y sobre todo, si la niña estuviera enferma y fuera su médico de familia quien le recomendara los tomates, que no es el caso. Esta invitación, con muy mala baba, no deja de encubrir una forma de acoso, puede que engañoso, porque no hay agresión física en forma de moratones o mordiscos, ni agresiones verbales pero acoso al fin. Sí señor, la protagonista si fuera princesa de cuento sería más Fiona que Frozen, pero ¿quién nos impone los modelos de belleza como buenos? Está claro que a la mayoría de los españoles nos sobran unos kilos y que todos estaríamos mejor si cambiáramos algunos hábitos de vida. Hacer más deporte, volver a la dieta mediterránea, por ejemplo, pero no es de la saludable modificación de vida de los españoles de lo que yo quería hablar a partir de esta anécdota, sino al cómo los niños en las aulas por el simple hecho de ser diferentes, gordos o no, empollones o vagos, con distinta opción sexual o, en fin, "raritos", cualquier cosa que les haga destacar dentro del grupo, les convierte en objeto de burla. Y esto que en plena adolescencia, dónde cada niño busca sus sitio dentro del grupo y que puede empezar como una broma ingeniosa o pesada, que al principio solo era un chiste sobre un compañero es como el agua que gota a gota perfora la autoestima de nuestros niños conduciéndoles a episodios de ansiedad, depresión y, en el peor de los casos a ocupar portadas de prensa cuando el chaval, harto de aguantar tanta presión, decide que la vida no es lo que pensaba y se suicida. Es entonces cuando nos llevamos las manos a la cabeza e intentamos encontrar al culpable. Realmente todos somos culpables. Los niños solo incorporan por imitación a sus relaciones sociales, en este caso a las escolares, lo que ven en modelos de comportamiento de los mayores, comportamientos que se repiten hasta la saciedad, reforzándose, sobre todo, en los medios de comunicación y en el peor de todos y el más habitual, la tv. En la base de toda forma de acoso escolar hay un problema de educación. Una forma de mirar al otro distorsionada que se contagia en muchas ocasiones a los compañeros de forma que además del acosador o acosadores el resto de la clase no hace nada para frenar la situación mientras que las familias en la mayoría de las ocasiones no se enteran de lo que pasa con sus hijos sean acosador o víctima. ¿Somos o no somos todos culpables?
El acoso escolar siempre ha existido. No es un problema nuevo. Muchos crecimos con el enquistado en las aulas, la vida te ofrece, con suerte, la posibilidad de sacudirte de aquellos momentos pero a muchos los marca para siempre. El daño sicológico de quien sufre acoso escolar está por medir, será la vida quién lo muestre. Hay que educar desde la base y enseñar a mirar al otro desde sus zapatos. Hay que educar en valores y en emociones. Una sociedad que no educa desde las aulas en el respeto al diferente, que no ve que lo distinto enriquece, es una sociedad enferma, en nuestras manos está sanarla, pero hemos de empezar pronto y remar todos en la misma dirección porque parece que estamos lejos de conseguirlo. Ya dice el Principito que "lo esencial es invisible a los ojos" enseñemos a ver más allá de la apariencia externa, la carcasa es mudable el interior no. Por cierto, la protagonista de mi historia se hizo una ensalada y pasó página.

sábado, 19 de enero de 2019

Un Baltasar que vino de Guinea. Pedroveya también es Quirós.


Amaneció feo este sábado 19 de enero, con una promesa de nieve que parece que no cuaja y en mi cabeza un propósito, subir a Pedroveya a escuchar decir Misa al nuevo sacerdote, un Baltasar venido de Guinea y con nombre de rey visigodo que lleva, entre otras muchas, la parroquia de San Antonio a la que pertenecen Dosango (Santo Adriano), Pedroveya y la Rebollada, los dos pueblos quirosanos a los que se accede bien por Tenebredo bien por Argame en el vecino concejo de Morcín. Mi padre hoy no está, se operó el jueves de una mano y no ha venido, así que puedo irme sin tener que explicarle que "sí, papá, el gasoil corre de mi cuenta". A pesar del catarro que arrastro y del día desapacible, cargo el coche y nos fuimos hasta allá. 
En Pedroveya se sitúa uno de esos rincones con encanto que hacen entrañable un concejo: Casa Generosa, donde los pucheros de Enedina convierten las viandas de la tierra en platos exquisitos y en cuyo restaurante muchos son los momentos inolvidables vividos por los clientes. Buena mesa y buenos anfitriones. Muchos son los montañeros que tras hacer la Ruta de las Xanas, otro de los atractivos de la zona, rematan la jornada metiéndose entre pecho y espalda una buena fabada o una buena ración de caza, piezas procedentes casi con toda seguridad de los montes que rodean el pueblo, pintoresco y muy cuidado. Dejo el coche en el aparcamiento y desando unos doscientos metros para tomar un café en el ya mencionado restaurante que, por cierto, despertaba después de unas bien merecidas vacaciones. El café de Casa Generosa, café de manga o café de pota, como el que hacemos en mi casa de toda la vida, despertó en mí la emoción al devolverme, por un momento, el café de mi abuela Elena, café flojín con un apenas perceptible sabor a achicoria. Mi abuela cumple hoy años. Ya he perdido la cuenta. Nació en 1915. 104 años cumple. Ella siempre hizo el café así y hoy tantos años después este café me la ha devuelto tal cual, colándolo al lado de la cocina de carbón. Mis abuelos tenían una cafetera italiana que solo sacaban en Navidad. La manejaba mi abuelo y hacía un café tsn gordo que casi se cortaba. Las lágrimas llenan, sin llamarlas, mis ojos, quiero pensar que es el constipado que me tiene baja de defensas, pero cuando se convierten en un mar me doy cuenta de que la pena por la ausencia de los que amamos no se cura nunca. Pregunto en el bar si el cura pasa pronto y me dicen que sí, pero que no para. Tiene prisa, mucha plancha y poco tiempo, muchas parroquias y pocos feligreses. La pastoral rural es lo que tiene. Arranco caminando bajo la lluvia que arrecia en dirección a la iglesia. Subo andando y cuando llego la mojadura ya no tiene marcha atrás. 
El paisaje hoy es muy nuestro, llueve a cántaros, la niebla va cambiando de lugar y el verde es más verde a pesar de que en invierno el verde casi siempre es gris. Asoma la nieve en los picos más altos. Los perros ladran a lo lejos. Junto a la iglesia un tejo, símbolo pagano, tan propio de estas zonas. Cuento los tejos que conozco, al lado de la de Salcedo, de la ermita de Santa Olaya de Pirueño, el de Bermiego, en Faedo junto a la ermita del Angel...Religión y paganismo de la mano (por si acaso). 
Llega Recaredo, al principio no me reconoce, el chubasquero está empapado y parezco una caperucita gris pasada por agua. Lo hace nada más escuchar mi voz. Le pregunto si hace también servicio de taxi pues baja a tres mujeres de Dosango que vienen a misa. Está feliz en Morcín, me cuenta que la primera vez que investigó más allá de estos lugares, a ver qué había en Quirós fue a la parrillada solidaria a favor de Duchenne, me alegra el corazón este sacerdote venido de Africa, me saca una sonrisa como la suya, contagiosa, y me dice que ya se imaginaba que Quirós era más que estas dos aldeas en las que tan acogido se siente. Le quieren, se nota en las caras de las mujeres mayores que asisten a la celebración. Siete mujeres y un hombre (que no se diga). Al salir de misa me preguntan por mi familia, "soy de Salcedo, sobrina de Domitila, mi padre hace mucho que marchó de aquí, pero siempre hemos venido" (si no hubiera marchado se habría acabado yendo).  Me preguntan por la Cabalgata de Reyes, Recaredo fue un Baltasar excepcional, su espiritualidad inspiró la noche mágica. Nos dice que fue muy feliz ese día, que disfrutó mucho, sobre todo, en la residencia junto a los ancianos "no podemos quedarnos en solucionar las necesidades materiales, ellos y ellas necesitan, quieren que les preguntes, que les sonrías, que les estreches la mano..." buff, como me gusta este hombre. Me voy con la promesa de una entrevista (un perfil ya podría hacerlo), lo último que me dicen es que es "tan cercano" yo añadiría "y tan humano". Cuando llego a casa me piden que escriba un cuento. No puedo ser más feliz. Mi abuela sonríe desde el cielo, estoy donde quiero estar, se puede pedir más a la vida?

sábado, 12 de enero de 2019

Sobre lo que diz Casado.

Me gustaría escribir esto en asturiano, pero no sé hacerlo porque no estudié nunca en el colegio nada de este idioma nuestro que lo sientas o no está dentro de nosotros en palabras tan guapas como "manquéme" o "prestáme" o en esas otras que aprendí siendo mayor llenas de sonoridad como estar "abelugo". Conozco más, tampoco muchas más, pero sí, frixuelos y casadielles y bollu preñau están entre ellas. Los asturianos convivimos con un idioma que vive en nuestro interior, impreso en nuestra piel, que late al ritmo que late nuestro corazón y corre la sangre por las venas y que nos define como lo hace nuestro carácter grandón y noble. Un idioma, que a salvo que queramos evitarlo, lo que en algunos suena muy forzado, sale solo. Decirle a todo guapo, por ejemplo, eso es Asturias y en eso nos delatamos frente al resto de españoles o tener que pensar cuando "he ido" y cuando "fui" (eso lo aprendí yo con claridad estudiando Inglés, para que veáis, a pesar de que tuve estupendas profesoras de Lengua y Literatura, pero claro también asturianas que la teoría muy bien, pero la practica nada). Pues ayer escuché a Casado y leí un montón de reflexiones de asturianos, más de asturianas que somos de palabra y verbo veloz y más atrevidas en las redes. Y sí, no sé asturiano, pero sé lo que ye un hórro y un frixuelu (que, por cierto, los mejores frixuelos siempre son los de la madre de un@), y también sé lo que ye una corza, una carrietxa y un pollín como le decían el otro día a Sandra, sé lo que ye una foiz y un garabatu y una gadaña y un fardelín y esta semana aprendí que un lloqueru ye lo que en Quirós llaman chueca. No sé escribirlo, ni pronunciarlo, no lo aprendí en el colegio, lo aprendí en una aldea escuchando a mis tías y a sus vecinos y estoy muy orgullosa de ello porque lo llevo conmigo a donde vaya y sí, si veo un montón de yerba veo un balagar y si huele a cucho no me choca porque pienso siempre que detrás de eses vaques hay un home o una muyer que sigue creyendo en una forma de vida por la que lucha y trabaja sabiendo que muchos como esti que vien de Castilla quieren acabar con ella  (y coño, van saliendo más palabras en asturiano). Y los guajes y las guajas son los neños y les neñes que van a escuela, pero también pueden ser nenos y nenas porque encima el asturiano ye así de grandón como lo son los paisanos y paisanes asturianes.  Y nada Casado, que tú eres un bocazas que ye lo que en Asturias llamamos faltosu o babayu, pero vas a conseguir que me apunte a esi curso de asturianu que me negaba a hacer porque no creo yo mucho en lo de la ofilialidá, pero desde ayer me declaro defensora absoluta de los hórros y frixuelos (aunque en concreto de estos dos ya era) y de les madreñes, que no se nos olviden, que no son zuecos son madreñes y que con zapatilles son lo mejor pa caleyar por el pueblu, pa ir a vaqueriar o a espalar cucho a la cuadra. Y que hay que tener muy pocos argumentos para llegar a Asturias y veninos con esta babayada.

viernes, 11 de enero de 2019

En el Salón de Té con Cristina Fernández de Cubas. Las Tertulias del Campoamor.

Cuando la casualidad, el azar o la suerte quisieron que Chelo Veiga, coordinadora de bibliotecas municipales de Oviedo y responsable del club de lectura al que pertenezco, me invitara a acompañar a Cristina Fernández Cubas, me apresuré a leer parte de su obra para hacerme una idea más global de la misma. En el club de lectura habíamos leído y compartido "La habitación de nona" un conjunto de relatos publicado en 2015 por Tusquets que había sido muy bien acogido por lectores y por crítica, tanto por su calidad como por la espera que habían padecido su público. Afortunadamente la espera siempre tiene recompensa. Cristina había pasado un período de silencio solo roto con la publicación de "La puerta entreabierta" título que publicó con el seudónimo de Fernanda Kubbs.
La cita era el 11 de enero y llegó la fecha después de unos días complicados. Me acerqué al Campoamor en calidad de lectora entusiasta sumergida en el universo de los cuentos de Cristina para acompañarla. Dije en los tres minutos de reloj que destine a presentarla que esperaba no defraudar a quien con tino o desatino había confiado en mi para aquella tarea de responsabilidad porque no todos los días una tiene la suerte de acompañar a un Premio Nacional de Narrativa para escucharla y además presentarla. Allá fui, yo que a estas alturas estoy convencida de que en esta vida a veces lo mejor es tirarse a la piscina o subirse a un trapecio con red (siempre con red) y no pensar mucho las cosas.
En estos días raros que viví este principio de enero, la Tertulia en el Campoamor fue un regalo de Reyes. La posibilidad de conocer y charlar con una mujer de mirada azul y ojos enormes, hechos para mirar lo cotidiano y ver más allá de lo que el resto vemos/podemos o queremos ver, sólo es comparable con haberme empapado de su obra, excepcional, inquietante y llena de magia. No pudo ser en mejor escenario, el Salón de Té del Teatro Campoamor que acaba de celebrar su ciento veinticinco cumpleaños y en un ambiente, menos inquietante que las atmósferas que crea Cristina y rodeados de amigos y lectores, admiradores rendidos a Cristina, estuvimos las dos, escritora y lectora, muy abrigadas, un intenso enero de emociones, retorcido en tiempo y formas.

Aspecto del Salón de Té lleno de público.

Aquí os dejo unos datos sobre la obra de Cristina Fernández Cubas que es cuentista sobre todas las cosas. Entre 1980 y 2006 publica cinco libros de relatos: Mi hermana Elba (1980), Los altillos de Brumal (1983), El ángulo del horror (1990), Con Agatha en Estambul (1994) y Parientes pobres del diablo (2006, Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos Publicado en España). Todos toman el título de uno de los cuentos que se incluyen en la obra. En 2008 todos sus cuentos + la continuación de un cuento de Poe "El Faro" son publicados como un todo bajo el título de "Todos los cuentos" (2008) por el que recibió el Premio Ciutat de Barcelona de Literatura en Lengua Castellana, el Premio Salambó de Narrativa en castellano y el Premio Cálamo Libro del año.  Ha escrito además novelas como "El año de Gracia" (1985) o "El columpio" (1995). En 2013 decidió utilizar el seudónimo de Fernanda Kubbs para su novela "La puerta entreabierta" con el que rompía un doloroso silencio. Es también autora de una obra de teatro: "Hermanas de sangre" (1998); de un original libro de recuerdor, "Cosas que ya no existen" en el que da las claves para entender su obra, (2001, Premio NH de Relato Publicado Cinco estrellas); y un ensayo sobre Emilia Pardo Bazán (2001).



Cristina firmando en el libro de firmas del Club de Lectura "Lectura Libre"


P.D.: Hace un par de meses saliendo de la Librería Santa Teresa en Oviedo de recoger "El Columpio" una de las novelas cortas de Cristina Fernández de Cubas, recibí un email en el que me decía que ella era la invitada al VIII Encuentro de Clubes de Lectura de Bibliotecas de Asturias, en aquel momento me dio un vuelco el corazón. Hay cosas que son redondas. En Quirós estábamos pensando presentarnos para acoger ese encuentro (el segundo que reúne a más lectores en Asturias solo por detrás del que se celebra en torno al premio Princesa de Asturias de las Letras). En ese momento, la lectora entusiasta que soy vio claramente que el sueño podía convertirse en realidad. Los sueños se cumplen si se persiguen. Ayer San Valentín me regaló este encuentro, lo mismo que los Reyes me trajeron la posibilidad de participar en las Tértulias del Campoamor. Seremos anfitriones de Cristina y de todos los lectores que vengan a escucharla. La vida ha puesto a gente fantástica en mi vida, ellos y Quirós hacen que quiera dar siempre lo mejor de mí. Gracias al Grupo de Animación a la Lectura de Bibliotecas Públicas de Asturias que ha confiado en nosotros, especialmente a Chelo y Cristina. Gracias a Marga Prieto que carga a sus espaldas con todas las ideas que proponemos. Al Ayuntamiento de Quirós por escuchar la propuesta y hacerla suya, especialmente a Eva Martínez Álvarez y a Roberto F. Osorio porque "creer que es posible es lo que convierte los sueños en realidad". Y a Alva, directora del MEQ, por todo lo que nos toca trabajar desde hoy hasta el día 2 de junio.



martes, 8 de enero de 2019

Trabaja la calma que hay dentro de ti

 Desde Oriente los Magos, 06 de enero de 2019

Querido Hugo,

¿Cómo va todo por Salceo? Ya sabemos que este año habéis pasado estas fechas ahí. Nos ha sido un poco dificil dar con vosotros porque en tu carta no nos advertías de que no estaríais en tu casa de Oviedo y nos hemos hecho un poco de lío para llegar porque el navegador nos llevó hasta Muriellos y desde allí tuvimos que bajar por la mortera del Teixo, pasamos por Rellampo y de la Texera abajo hacia Salceo. Tienes tantas posibles direcciones en esa zona y hay tantas familias que se apellidan Álvarez que cualquiera da con vosotros, casi tenemos que dar la vuelta con los regalos. Sin embargo, finalmente nos ha encantado caleyar por Quirós, tenéis un concejo precioso. Es una suerte que podáis disfrutar de este lugar para pasar vuestro tiempo libre. Tu hermana Nela y tú sois unos niños afortunados y además sé de buena tinta que a tu abuelo Nicanor le hacéis muy feliz cuando váis. Esperamos que os guste tanto como les gustaba a tu padre y a su hermana cuando eran pequeños, aunque ellos nunca nos pusieron las cosas tan dificiles porque nunca pasaron la Noche de Reyes por esas tierras. Bueno a lo que iba, que ya me dice Baltasar que cuando cojo un bolígrafo me enrollo más que una persiana. 
Hemos estado observando todo el año tu comportamiento preguntando también a los que te conoces porque no solemos fiarnos únicamente de lo que ven nuestros ancianos y cansados ojos y, en general, estamos muy satisfechos. Nos parece que eres un niño excepcional, inteligente y cariñoso con todo el mundo, al que le gusta explorar el mundo y esto nos gusta mucho. Sigue así. Todos coinciden en que eres un encanto, sobre todo, tus abuelos a los que haces muy felices. Sabemos que, algunas veces, tus padres te regañan. No te preocupes, es normal. Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, quieren que seas responsable y, a veces, se olvidan de que solo tienes 7 años (bueno casi 8). Intenta, por favor, obedecerles y cuando te riñan nunca olvides que te quieren un universo. Que os quieren a ti y a tu hermana Nela y solo quieren lo mejor para vosotros. Eres un sueño cumplido, su primer sueño juntos y cuando los sueños se cumplen siempre queremos que sean de colores y llenos de cosas buenas. No pongas esa cara tan rara cuando refunfuñas, estás muy feo.
No nos queremos extender mucho porque este año estamos practicando lo de contestar las cartas que hemos recibido, pero como nadie escribe cartas y las que se escriben se escriben con el ordenador vamos un poco lentos y no te puedes imaginar el lío que tenemos. A este Gaspar cuando se le ocurren ideas peregrinas pasa lo que pasa...
Nos pides en tu carta "alegría y fantasía". Nos llama la atención pero nos gusta mucho cuando los niños piden cosas inmateriales. Son muchísimo más fáciles de encontrar las cosas materiales (a no ser que estén agotadas en las tiendas, claro), pero esto que tú pides siempre supone un reto. Queremos decirte que para que encuentres ambas solo tienes que mirar en tu interior. La alegría está en ti Hugo, trabájala, y aunque te cueste sonreír, intenta hacerlo siempre también cuando hagas los deberes, ayudes en casa, obedezcas a regañadientes, si sonríes todo es más fácil. Pon siempre una sonrisa a tus tareas. La alegría es un momento, muchos pequeños momentos que sumas para conseguir felicidad. La alegría eres tú. Respecto a la fantasía, la fantasía está también en ti, en tu mundo interior tan rico, en tu imaginación, en tu capacidad para soñar un mundo diferente. La fantasía se trabaja leyendo. Sabemos que eres un gran lector. Sigue así. La lectura te convierte en un gran campo en el que crecerán tu creatividad y tus sueños. Riega ese campo con buenas lecturas, serás un niño que piense y en el futuro serás un hombre libre. Los libros cambian a las personas y la posibilidad de leer en libertad nos hace mejores. Pero te queremos traer un tercer ingrediente para esta fórmula de vida y crecimiento. Te queremos regalar calma. La calma que se siente cuando se admira una obra de arte, la mar en calma, un raitán posado en una rama delante de tu ventana. La calma que experimentas cuando lees, la calma que te permite pensar claro y tomar decisiones. Si trabajas la calma que habita en ti podrás dar rienda suelta al resto de emociones desde la madurez, también a tu alegría y a tu fantasía, claro. Cuando estés triste, nervioso o enfadado, respira hondo y visualiza la calma de tu interior.

Espero que todos nuestros consejos te sirvan, te los voy a resumir:

- sigue así;
- trabaja la calma;
- portate bien.

Para finalizar quiero tener unas palabras para tu hermana Nela que parece  muy espabilada pero aún no sabe escribir. Quiérela mucho, es tu regalo más preciado.

Nada más, nos tenemos que ir despidiendo porque se nos echa el tiempo encima y vamos camino de Bermiego, un abrazo grande amigo, esperamos tu carta del año que viene, ya nos contarás como te ha ido...
Melchor                    Gaspar                        Baltasar