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lunes, 21 de octubre de 2019

"La mirada de las palabras" por Mónica Vega



Ha pasado un año desde que la fotógrafa Mónica Vega inagurase en Oviedo la exposición “La mirada de las palabras”, dentro de los actos conmemorativos del 30º aniversario de la Red de Bibliotecas Públicas de Oviedo.
La muestra, que en aquella ocasión podía verse en la sala de exposiciones del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, ha tenido y tiene un bonito recorrido por distintos lugares de la geografía asturiana. Una colección de treinta retratos en blanco y negro, de escritoras y escritores, en su mayoría asturianos, que expresan el alma y la personalidad de los autores en rincones, en muchas ocasiones, elegidos por ellos mismos, en espacios con significado o simplemente en un reflejo en una ventana mirando hacia afuera, a la oscuridad de la noche, quizás en una imagen que expresa la incertidumbre de ser escritor en estos tiempos en los que todo el mundo escribe pero pocos transcienden más allá de su círculo de amigos y conocidos y es que esto de la Literatura además de un mar revuelto en el que egos y vanidades mal conviven es un negocio poco agradecido, casi tanto como la política, (ironía modo on).
Aquel día durante el transcurso de la inauguración, por cierto, de bote en bote, la artista muy emocionada agradecía a su marido e hijo, a su familia, a su profesora Montse Castillo y especialmente a Chelo Veiga, coordinadora de Bibliotecas Públicas de Oviedo, las facilidades y el ánimo para poner en marcha esta muestra, que no deja de ser un sueño compartido por todos los lectores que formamos parte de los clubes de lectura de Oviedo. Un trabajo que une bibliotecas, palabras e imágenes que, en palabras de Mercedes González Menéndez, concejala Educación, Deportes y Salud Pública del Ayuntamiento de Oviedo en aquella fecha, facilitan a las personas las herramientas para “aprender a pensar”. Junto a Mónica Vega y Mercedes González, intervino como anfitrión Francisco José Borge López, vicerrector de Extensión Universitaria y Proyección Internacional, que aprovechó para destacar la colaboración de la Universidad con el Ayuntamiento de Oviedo y el 120º aniversario de Extensión Universitaria.
No hablemos de aquella inauguración, ni de aquella tarde, hablemos de Mónica. Mónica Vega, la fotógrafa,está dotada de una excepcional y delicada mirada que le permite mirar a la gente de frente y captar con su objetivo lo mejor de cada uno, sin prejuicios, apreciando virtudes y sacando a la vista su belleza, belleza que refleja en sus retratos.
Junto a nombres como el poeta recientemente premiado con el XIII Premio de las Letras de Asturias 2018 Aurelio González Ovies, Ovidio Parades, Leticia Sánchez Ruíz, Manuel Herrero Montoto, Marcelo García Martínez o Lucía S. Naveros, directora de La Voz del Trubia digital, se pueden ver también a las asturianas Ángeles Caso, Laura Castañón y Dorita García Blanco, nombres del panorama nacional como Ray Loriga, Rosa Montero o Espido Freire y al Premio Princesa de las Letras 2016 Richard Ford. La colección es solo una parte del ingente trabajo de hormiguina hacendosa y constante que ha ido haciendo en estos años Mónica Vega en torno a la literatura, convirtiendo en pasión lo que empezó como aficionada. 


Compañeras del club de lectura de Mónica Vega junto a la bibliotecaria Chelo Veiga y a la concejal Mercedes González.


Hablemos de la Mónica que yo conozco. Pocas personas he encontrado en el camino como ella. Mónica es trabajadora, voluntariosa y creativa, enfrenta la vida con una sonrisa y desde su altura de mujer juncal es capaz de "mirar despacio", observar y hacer una lectura siempre positiva, convirtiendo el movimiento en imágenes que se graban en nuestra retina. Mónica también es amiga, de las que empatiza y consuela, amiga de esas que hay que tener siempre cerca para que te ayuden a no perder la perspectiva porque si hace falta te llevarán de la mano y te acompañarán en los éxitos y en las miserias.
He encontrado mucha gente a la que dejar ocupar un hueco en mi vida, pero poca a la que dejar instalar su tienda en mi huerta, Mónica tiene espacio para ella, pienso que si quiere puede quedarse para siempre. Mónica es Mónica en toda su extensión, fotógrafa, lectora, amiga. Conocerla es quererla, no os perdáis su exposición que sigue, un año después, viajando por Asturias. Mientras ella sigue sacando fotos entusiasmada, explorando el mundo con una cámara como herramienta, leyéndolo también en imágenes e intentando que sus trabajos nos hagan felices, al menos, un poquito. Visitad la exposición porque, sin duda, os sorprenderá.