Amanece hoy la información local con la aprobación de los presupuestos del
concejo de Quirós, sí, ya sabéis y si no lo sabéis os lo cuento que para eso
estoy, esa norma que rige el destino de un concejo (o de un país) anualmente y
que os recuerdo acaba de echar abajo al último gobierno socialista de España
por las pocas ganas de dialogar de quienes primero auparon a Sánchez a Moncloa
pero que ahora incapaces de acercar posiciones han intentado cobrarse, algunos,
el peaje por darle el Gobierno (nadie se acuerda estos días de que entró
Sánchez pero salió Rajoy y esto tenía y tiene un gran mérito, sobre todo,
porque el consenso, que no ha podido repetirse, supuso el triunfo de la primera
moción de censura de la Democracia española) pero a lo que iba.
Amanece hoy con los presupuestos quirosanos y en mi afán de cubrir la información
intento conseguir la valoración del alcalde de Quirós que, de repente,
cuestiona mi trabajo impecable y entregado en estos años de colaboración en La
Voz del Trubia porque pertenezco a IU, cuando no hay ni un solo socialista del
Valle que pueda poner en duda mi objetividad (de hecho quiero creer que algunos
hasta me aprecian). Un trabajo que califico de impecable, aunque esté mal que
yo lo haga, porque no hay un solo texto que yo haya firmado, a salvo de los de
opinión y creo que ni en esos, en el que se cuele por una rendija en que lugar
político se posiciona mi corazón. Me dice García que no he ido al Pleno y que
tengo la información de la oposición, le digo que por eso le llamo para que me
dé su valoración antes de que se publique, si quiere hacerlo, claro, y me
contesta que "soy juez y parte" y que escriba la opinión de IU pero
que el no puede dármela en ese momento porque está paseando. Colgamos el
teléfono, después de decirle que yo diferencio perfectamente cuando estoy
informando de cuando no y que cuando informo lo único que hago es sacar una
fotografía que refleje lo que está pasando. Colgamos el teléfono y reconozco
que estoy muy cabreada. El día precioso va avanzando y el cabreo atenuándose,
sin embargo, no quiero dejar de escribir mis impresiones y compartirlas.
Sí, amigos, soy juez y parte pero no por mi militancia política, ni por haber
formado parte de una lista electoral en 2015 (que parece que en algunos
concejos penaliza) soy juez y parte porque soy ciudadana de este país y como
tal tengo derecho a expresarme, a pensar, a quejarme y a votar (en los próximos
meses lo haremos y varias veces, vamos que en menos de un mes lo votaremos
todo).
Soy juez y parte y además comprometida con mi concejo, no hay un solo quirosano
que pueda poner en duda mi trabajo por esta tierra que piso, la tierra de mis
antepasados, la que me dio a mi padre, la tierra prometida en manos tantos años
de gobernantes que ponen, como en este caso, en duda el trabajo desinteresado y
generoso de sus vecinos.
Soy juez y parte porque para cubrir un pleno, y el alcalde de Quirós y el resto
del consistorio sabe que he venido a muchos en este mandato, me tengo que coger
un día de vacaciones en el trabajo, lo mismo que para perseguir a un consejero
por el valle como ocurrió el año pasado en un día de perros con el consejero de
Educación y, en aquel momento, nadie puso en duda ni mi objetividad ni mi
credibilidad, porque interesaba, claro estaba informando del Gobierno
autonómico, socialista claro. Tampoco se puso en duda mi trabajo cuando nos
visitaron los candidatos a la secretaria general de la FSA, que también cubrí
con escrupulosa objetividad.
Soy juez y parte porque mi compromiso como vecina va más allá que mi compromiso
político, infinitamente mucho más allá, porque mi compromiso es con todos y
cada uno de los quirosanos con el derecho a estar informados, porque ciudadanos
informados son ciudadanos críticos que piensan y actúan en consecuencia en las
urnas (o no, lo veremos en mayo).
Esta semana he tenido la suerte de hablar con una periodista de RNE, le
explicaba que el trabajo como corresponsal (también como corresponsal político)
era complicado porque estabas informando acerca de tus vecinos que, en
ocasiones, incluso son tu familia y que por esto lo más importante era ser objetivo,
objetivo hasta el extremo, le contaba a esta periodista que tienes que dejar al
margen tus ideas políticas y, sinceramente, creo que en este tiempo lo he
conseguido sobradamente.
Soy juez y parte, pero como lo es cada uno de las ciudadanas y ciudadanos de
una comunidad la que sea, local, autonómica, estatal o la de edificio en el que
vives, como lo son las madres y padres a la hora de decidir la educación de sus
hijos, como lo son los mayores que sufren las deficiencias en Sanidad o los
conductores cuando viajan por una carretera en mal estado. Claro que soy juez y
parte y ojalá hubiera muchos más como yo, implicados a saco con sus concejos,
poniendo pasta de sus bolsillos, sacando adelante proyectos imposibles. Ojalá
hubiera muchas mujeres como yo, también en las filas de los partidos que llevan
decenas de años gobernando con absoluta impunidad y ausencia total de
transparencia, igual las cosas se verían diferentes. ¿Alguien puede explicarme
qué ciudadano implicado en su concejo, que respira, vive y solo piensa en el
bienestar de sus vecinos puede no ser juez y parte? ¿Queremos ciudadanos
comprometidos con su tiempo y su tierra o queremos votantes que no piensen y
voten en masa devolviendo favores que no son más que derechos. Igual hay que
explicar que el "¿qué hay de lo mío?" no es más que el ejercicio noble
de poder para dar a cada ciudadano su derecho. Sí, son nuestros derechos, no
sus favores. Pues sí, soy juez y parte y bien orgullosa que estoy de serlo.