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miércoles, 11 de diciembre de 2013

"Vivir en los cafés" de Ovidio Parades

Hay muchas cosas en la vida que producen placer: una taza de café, una buena conversación, encontrarte en el camino con alguien inteligente que se presta a caminar un rato junto a ti, el abrazo de la persona amada y también, leer El Extraño Viaje. Leer a Ovidio Parades en su blog es un regalo. Leer a Ovidio es un regalo que, a veces, recibimos a diario por la mañana, casi siempre muy temprano, y otras veces se produce en forma de libro, casi siempre en octubre. Así, con el libro en la mano, uno se puede regalar incluso más de una vez en el día. Puedes abrir el libro y recrearte en sus textos una y otra vez. Leer su historia que es la mía, que es la nuestra. Puedes abrir el libro y leer uno de sus textos, cualquiera, elegido al azar, y leerlo sentada en un café; sentada en un banco del Campo San Francisco, nuestro parque; leerlo en un aula de cualquiera de las facultades de nuestra Universidad o leerlo viajando, en avión o en tren, a cualquiera de los destinos que, en un momento dado y por boca del autor, se nos proponen, se nos presentan como apetecibles, deseables.
Llevo días, meses ya, pensando que escribir de "Vivir en los cafés", su último libro. Cualquier cosa que escriba será pobre, porque yo no soy escritora. Soy lectora, pero precisamente mi cualidad de lectora le da un plus a mi opinión: la del lector (valga la redundancia), la del que espera la publicación de la obra como agua de mayo, la que desea tener en sus manos ese producto que me llenará de magia y que dejará de ser producto para convertirse en objeto amado. Mi opinión probablemente no sabrá expresar toda la intensidad que en la lectura de este autor experimentamos sus lectores. Para mi Ovidio es adictivo, en el sentido positivo de la palabra, si es que lo hubiera. A mi Ovidio me emociona y rara vez me deja sin palabras, despierta algo, sobre todo, despierta las ganas de compartir cosas, vivencias. Pero, como yo, existe una legión de lectores que le leen y comentan sus textos en las distintas redes sociales. Muchos nos encontramos todos los días, ya nos conocemos. Ha creado un grupo de opinión en el que treinta o cuarenta personas (son muchas más sin duda) de distinta procedencia y nivel socio cultural nos damos cita en torno a su palabra, en torno a su persona. Yo creo que no deja a nadie indiferente, incluso a aquellos que no suscriben a pie juntillas sus escritos o sus opiniones. Tiene la capacidad de remover conciencias, de movilizar sentimientos, de sublevar afectos...
Volvamos a "Vivir en los Cafés" que es de lo que se trata. Si tuviera que recomendarlo  podría decir que es un libro que habla de amor, pero no es una novela de amor. O decir que es un libro que habla de ciudades, pero no es un libro de viajes. Si digo que los temas principales son el teatro, el cine, la literatura, la cultura en general tampoco mentiría. Las referencias a actrices y actores, películas y obras de teatro, novelas y autores, canciones y cantantes, música en general son incontables. Destacar a la familia como otro de los grandes pilares sobre los que se sustenta el libro, también.
De todo este mosaico cuyas teselas principales son  amor, familia, ciudades, cultura, ninguno de los temas prevalece por encima del otro. Si acaso ocupa un lugar principal el amor. El amor con mayúsculas: el amor por su pareja, el amor por su madre, el amor por su hermana, el amor por todas esas actrices a las que admira, el amor por las mujeres en general en las que encuentra tanta complicidad, el amor por la cultura en todas sus formas de expresión.
Yo tuve un profesor que decía que el Latín era importante porque todo lo que nos rodeaba era Latín, que ROMA es AMOR al revés y que, como recordaba Carmen el otro día, paraba sus clases  para que disfrutaramos el amanecer. Grande Fortunato, que enseñará Latín a las estrellas.  En "Vivir el los cafés" todo es amor, amor y cultura. Porque, en realidad, todo los que nos rodea es AMOR y CULTURA, y hay que reinvindicarlos a ambos. Y en este momento de crisis emocional, existencial y económica, lo más importante es reivindicar la cultura como una forma más de amor, en este caso la del artista que entrega amorosamente su obra a sus lectores.
Ovidio es un excelente contador de historias, las reales, las que conoce, las que ha vivido. Es un mago de la palabra, tejedor de sueños y creador de vidas imaginarias o inventadas, de vidas de película.
Es también cronista de una época, la que vivimos, la actual, inmersa en este trance, túnel oscuro, en el que tanto tiempo llevamos esperando que vuelva la la luz (la luz volverá como el verano, porque el verano siempre vuelve). Es portavoz de una generación, la mía, la de mis amigos, la de mi hermano, la de los que como yo fuimos niños en los setenta, que jugamos en la calle, o no; que tuvimos una Nancy, o no; que visitábamos a los abuelos en el pueblo, o no; que veraneábamos en el Mediterráneo, o no. Todos nosotros creíamos  que la vida podía ser maravillosa y que nuestras vidas serían más fáciles que las de generaciones precedentes. A veces, sus textos se llenan de melancolía y de un halo de amargura, en esos momentos se viene arriba. Pero ojo, sus textos llegan a todo el mundo, no sólo a sus contemporáneos. Son momentos universales por los que todos hemos pasado o vamos a hacerlo. Amor, desamor, traiciones, la emoción del primer beso, las primeras veces de tantas cosas, el encuentro con la persona definitiva con la que compartir tu vida, la enfermedad. Ovidio le da excelencia a lo cotidiano.
Creo que Ovidio guarda en su pluma muchos éxitos por venir, muchos descubrimientos de personajes fantásticos, muchos premios. Ovidio, tenemos que seguir esperando  pero, de momento, vamos a disfrutar de ésta tu última obra y del resto de tu producción.
Así que, si no sabéis que regalar esta Navidad, o si sois de los que como yo gustáis de regalar momentos de placer en forma de lectura, animaros a comprar algo de Ovidio Parades,  no os arrepentiréis.

6 comentarios:

  1. Me has emocionado. Mucho. Gracias de verdad.

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  2. Qué guapa eres, en todos los sentidos. Besinos desde Valdemoro!

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  3. A mi también me gustó

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  4. Escribes re-lindo!!!!! un fraterno abrazo deseandote feliz y exitoso día desde la sesquicentenaria Pereira linda.

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  5. Hola Bea, estoy muy de acuerdo contigo en que ser lector da un plus a lo que uno escribe, no sabría ecplicarlo...tú lo has dicho muy bien. Entré hoy en tu blog por el enlace que puso Ovidio, no quiero decir quién soy para que no se sienta traicionado (ah! la traición, tan, tan, tan importante en su obra) jajajaja, lo digo en broma, sé que Ovidio se congratula con el éxito que puedan tener sus amigos tanto como el suyo propio. Me emocioné mucho con tú manera de escribir, creo que a partir de hoy seré una asidua seguidora de tu blog.

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  6. Muy bien escrito y descrito, me ha encantado.

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