Querido Hugo:
te escribo estas letras como felicitación del año que empieza, el 2014. Felicitación que haremos extensiva a toda la gente buena que nos rodea (también a los ruines, mezquinos y pobres de corazón aunque estos no se vayan a aplicar nuestros buenos deseos, se lo deseamos igual ¿te parece?)
Llegaste a nuestras vidas en enero, como llegan los años nuevos, aunque ya te esperábamos primero, de hecho llevábamos cuatro semanas ansiosos por tenerte en nuestros brazos. Llegaste y pusiste nuestras vidas patas arriba. Las llenaste de esperanza, de ilusión y de futuro. Llegaste y ya te queríamos antes de nacer. Nunca pensé que se podía querer tanto a alguien y eso yo, que sólo soy tía, imagínate lo que te quieren tus padres y tus abuelos. Es por eso, por ese amor tan grande que quiero centrarme en ti para escribir mis deseos para el 2014.
Te deseo felicidad.
Deseo que seas muy feliz. Tú como persona y tú junto a los tuyos. Los niños vienen a este mundo para ser felices. No debería haber ningún niño que no lo fuera. Así que te deseo felicidad y que seas capaz de hacer feliz a los que te rodean, que tu vida sea ejemplo de niño feliz, que llenes la vida de música, espontaneidad y frescura. Que juegues mucho, que te rías más, que disfrutes de tu infancia. Que nadie perturbe tu inocencia. Que no haya Herodes en tu vida ni reales, ni ficticios. Te deseo abrazos, besos, caricias y risas. Te deseo un saco de sonrisas para que las regales en el 2014. Que te encuentres gente amable en el camino que saqué lo mejor de ti.
Te deseo educación.
Este año 2014 empezarás al colegio. Empezarás la primera gran aventura de tu vida. Vendrán otras que serán también interesantes, pero ninguna tan importante como empezar a la escuela. Te deseo maestros vocacionales, compañeros que te quieran y te acepten, empatía para que tu aceptes al diferente. Capacidad para ponerte en los zapatos del otro y sentido de justicia. En el colegio vivirás tus primeras situaciones de injusticia, no te quedes con los brazos cruzados, si crees que lo que ocurre no es justo, pero siempre desde el respeto a tus mayores y a tus iguales.
Te deseo que ames los libros como nos ves a nosotros amarlos. Que aprendas mucho, que te enseñen bien, que te encuentres con maestros que quieran depositar en ti su saber, que te motiven, que te abran los ojos a la vida, que respeten tu forma de ser y de pensar. Que tus maestros quieran y sepan enseñar. Te deseo que gustes de todas las formas de arte, pero que tengas criterio para decidir lo que te gusta y lo que no. Que no te dejes arrastrar por las modas, hay muchas cosas que se llaman arte, pero la belleza no está en todas.
No debería haber ningún niño sin escuela. Los niños nacen para aprender, para formarse como personas. La educación nos hace libres, porque nos permite ser críticos, tener opinión, manifestarla, expresarla, levantar la mano y hablar en voz alta.
Te deseo que conozcas el verdadero valor de lo material. No es más rico quien más tiene sino el que menos necesita. No se es más feliz por tener o acumular más cosas. Deseo que descubras el verdadero valor de las cosas inmateriales, las que no tiene precio, ni se pueden comprar: el amor a la tierra y a la montaña; la fruta que los árboles regalan generosamente; las puestas de sol y los amaneceres, la luna llena y las estrellas, el agua del río que corre y el que mana de la fuente para calmar nuestra sed; el arrullo de las olas cuando rompen en la orilla; el valor de la sombra de un árbol y del pájaro que viene a tu ventana a cuidar tu sueño; el aire frío que enrojece tus mejillas cuando caminas; las hojas de los árboles y el ruido que haces cuando caminas sobre ellas en otoño; el ruido de la nieve cuando cae y los colores de la naturaleza en las distintas estaciones. Te deseo sepas valorarlas todas y cada una de ellas y también aquellas otras que se te ocurran y que en tu corazón y a tus ojos tengan una valor incalculable.
Te deseo conozcas el valor de la humildad y de la austeridad, pero no el de la miseria.
Y por último, aunque mi lista de buenos deseos sería interminable. Te deseo estés rodeado de adultos que luchen por la paz y por construir un mundo mejor. No estoy orgullosa de este mundo que te dejamos en herencia. Es un mundo feo, lleno de gentes desplazadas, que tienen que huir de sus casas, pueblos, países buscando oportunidades y jugándose la vida. Un mundo lleno de Lampedusas y campos de refugiados, muros de la vergüenza y concertinas, guerras y atentados. Un mundo donde la muerte del otro se convierte en anécdota, sin más. Un mundo donde no nos importa la deforestación, la destrucción de la Naturaleza, la contaminación,... Son tantas las cosas que de la mano del hombre se destruyen.
Te deseo un mundo lleno de personas que quieran trabajar por la justicia. Tú por mi parte tienes mi compromiso para hacerlo.
Sin más, espero tengas un feliz año en compañía de los tuyos con mucha salud.
Te quiere tu tía
Bea
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