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domingo, 29 de octubre de 2017

Perdón de Ida Hegazi


"Esto eras tú: tu boca y mi boca, tu piel y mi piel, tu mano y mi mano, tu sonrisa y mi sonrisa. Y esto es todo lo que recuerdo del comienzo. Bocadillo: no hay ni un tú ni un yo."

"Es mucho más fácil confirmar que desmentir. Atender a la verdad requiere un enorme derroche de energía."

"Y esto es todo lo que recuerdo del final. Ese tiempo que pasó, transcurrió, corrió y desapareció. Esos días condenados en los que intentas, hasta la náusea, insistir en una ceguera amorosa. Burbuja."

Perdón

Desde el balcón que tengo sobre el Valle, leo al sol. Es domingo, Lola a mis pies, aún resacosa del día de ayer entre manzanas que serán sidra en una semana y piernas de humanos, oxidados troncos en una pindia finca, recogiéndolas del suelo. Me sobra una hora, cada día debería de traer esa hora de más de hoy, como dice Flor "para dedicárnosla", aunque las dos sabemos para qué la usaríamos y es #quenomedalavidaparatantalectura.
Leo "Perdón" de una autora noruega de nombre imposible Ida Hegazi Høyer. La compré buscando "Apegos feroces". La lleve a Irlanda empezada, la traje sin avanzar en su lectura, leí "Apegos feroces" que no me dijo lo mismo que a quien me la había recomendado y este finde le tocó por fin. Y tenía que ser este domingo porque es un libro que necesita luz. Luz y una mente libre de niebla. Un título que te engancha y te angustia a partes iguales.
La historia dicen "es una intensa novela sobre el amor, el autoengaño y los secretos peligrosos". Y sí, es todo eso y además es un relato para reflexionar. No te deja indiferente.
No escribo de libros por lo general, aunque últimamente podría decir que no escribo de nada y menos ficción, de nada que no sea de Quirós y de las idas y venidas, dimes y diretes de esta tierra, pero hoy voy a hacer una excepción sin que sea un precedente y sin spoilers aunque me cueste.
Una pareja joven, muy joven, se conoce. Se gustan, follan, beben, viven. La chica que es quien narra la acción no tiene nombre, podría ser cualquiera de nosotras a los veinte años. El chico, auténtico protagonista del relato, se llama Sebastián y es un auténtico terrorista emocional (pero también podría ser al revés porque vampiros y vampiras hay al 50%). Hasta aquí nada raro. Tengo una amiga que dice que entre los distintos tipos de amor el que mejor funciona es el sadomasoquista, uno domina y el otro se somete. Aquí el chico inteligente y seguro de sí mismo domina a la chica que en muchas ocasiones se siente inferior a él, por edad, por conocimiento, por experiencia. Se comprometen. Poco a poco la joven va descubriendo que la vida que ella creía ideal se desmorona y comienza a buscar respuestas a las preguntas que se hace. El final podéis imaginarlo pero solo caben dos. Cada uno por su lado o la autodestrucción. Ahí lo dejo. Leedlo porque os va a dar que pensar.
Paso esta historia a la vida real y no puedo evitar sorprenderme. Cuando tienes veinte años y te enamoras de la forma que piensas que es la forma natural, entregada, apasionada, ciega. Haces cosas que no debes. A medida que va pasando la vida vas viendo que el amor verdadero no significa renuncia sino dos personas creciendo juntas en igualdad y libertad, con espacios para ambos sin olvidar el espacio común. Si no es así, apaga y vámonos. Vayamonos huyendo.
La narradora de la historia es una mujer que va construyendo su fortaleza a medida que va destruyendo las capas de mentira en las que Sebastián ha envuelto la vida de ambos. Sebastián es un joven secuestrado por un pasado que no recuerda o no quiere recordar y que ha determinado toda su vida y su comportamiento.
La novela está escrita con una prosa desnuda a la que no le sobra nada, sin descripciones apenas, con algún relato un poco surrealista como el del alce y el reno y la historia que del niño de la guardería que podría guardar algún paralelismo, en cierto sentido, con la de Sebastián  . No dejéis de leerla pero buscad un día de sol, porque buff.
Respecto al título "Perdón" a medida que me hago mayor tengo más claro que el perdón no lleva implícita la tabla rasa, no puede llevarla, y que si bien perdonar es fácil, para algunos más que para otros, continuar sin recordar no lo es tanto. No se puede construir una relación sobre la mentira y confiar en que el otro te perdone y todo se arregle. ¿Qué mentira perdonarías a tu pareja?
Vuelvo a leer, enfrente Rueda que, sí parece, otorga desde su posición el perdón al Valle. Felices lecturas y feliz semana.

http://elpaxaruverde.blogspot.com.es/2017/11/perdon-ida-hegazi-hyer.html 

2 comentarios:

  1. No había visto tu reseña.
    Qué difícil hablar de esta novela sin 'spoilear' nada, ¿verdad?
    Fíjate que yo el perdón del título no lo tomo tanto como el perdón al otro sino más bien como el perdonarse a uno mismo.
    Lo dicho, una lectura que da para muuuuucho que hablar.
    Besos

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    Respuestas
    1. si, complicado, pero la gestión de cada uno del texto es tan personal... así que con spoiler y todo...

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