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miércoles, 18 de octubre de 2017

Poemas al Vuelo. Impresiones

"Cada instante de nieve pagas con la vida, por lo que
es blanco y por lo que es negro, por la felicidad, la mirada.
Alrededor de nosotros se extiende la prosa del mundo,
y en un ventrículo del corazón, la poesía acecha."
                          Adam Zagajweski, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017


Vaya por delante mi agradecimiento a la Fundación Princesa de Asturias por facilitarme, un año más, ser testigo del fantástico espectáculo de presenciar cómo un autor se enfrenta desde su timidez a 1.500 lectores, dice Zagajewski que la poesía es un acto solitario, pero de una soledad compartida. Gracias a la Fundación por abrir ventanas para este diálogo y gracias por permitirme participar del entramado que pone en marcha el encuentro aunque sea solo con un verso.
Muy bien Teresa Sanjurjo que agradeció la labor de las bibliotecas públicas a través de los clubes de lectura, ayer venidos desde ocho comunidades autónomas "Dais sentido a lo que hacemos. Hacéis sociedad, hacéis ciudadanía, hacéis cultura". Muy aplaudida cuando dedicó un "recuerdo especial" a aquellos lectores procedentes de las tierras del suroccidente asturiano tan próximas estos días por la tragedia (sinceramente yo no escuché que dijera  nada de Galicia, pero puede ser que la tristeza de estos días me nublara el sentido del oído). Muy bien Teresa y muy bien los lectores que responden a la invitación de la Fundación y al trabajo incansable de las bibliotecarias en uno de los actos más multitudinario de los premiados en su paso por Asturias.
Vaya por delante que soy una ignorante, una ignorante con ganas de aprender. Una pobre aprendiz de todo que no sabe de nada, o mejor, que sabe lo justo de todo para no parecer tonta del todo y que subsana lo que no sabe con un poco de prudencia. Si no sé de algo me callo, espero a ver la resolución del asunto y si alguien me pide opinión humildemente admito que cómo no sé no puedo opinar o quizás sí, si el debate o la exposición de otros me ha dado ya alguna pista para hacerme una idea. Y en esta ignorancia, tan común a los mortales, yo no sabía quien era Zagajewski cuando le dieron el premio (pero mira, sin embargo, si sabía quien era el británico de origen japonés y nombre impronunciable al que han dado el Nobel este año, no sólo lo sabía sino que además le había leído. Os recuerdo Kazuo Ishiguro). Es más creo que como yo, ayer en el auditorio del Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo, en junio no sabían quien era este polaco que sonrié más bien poco siendo generosa ¿el 80% de los presentes? Dicho esto, añado, no me gusta la poesía o mejor, no sé leer poesía. Me falla algo cuando me enfrento con ella. Es como nadar que ayer dijo el autor, decía su abuelo, era tan importante para la vida. Yo si tengo que nadar nado en piscina, pero preferir prefiero siempre el mar aunque me abrume. Pudiera ser que leer poesía sea como nadar en el mar, infinitamente más complicado que leer prosa que sería como nadar en piscina. Los poemas, incluso y precisamente los más breves, abren un mundo interior mucho más intenso, profundo y complicado que, para mí, la mayoría de los textos en prosa, aunque está claro que prosa y poesía están íntimamente ligadas. En general creo que la idea queda clara (al menos para los ignorantes como yo misma, ¿no?). Sin embargo, si me emociona la poesía y la de este hombre lo ha hecho y mucho. Lo ha hecho en solitario leyendo los "Poemas escogidos" propuestos en mi club de lectura junto a "En la belleza ajena" y lo hizo ayer cuando en el tramo final del acto Fernando Beltrán (responsable del Aula de las Metáforas de Grado y al que, por cierto, nadie presentó) y el premiado leyeron, mano a mano, poemas de este último. Beltrán en castellano con una teatralidad impecable e impresionante y Zagajweski en polaco y, en este momento, el encuentro se vino arriba. Y ahora vamos a lo que pasó primero.

El autor al finalizar el acto firmando a los lectores fuera del protocolo.
Con la sinceridad que me caracteriza voy a decir que la primera parte del encuentro de ayer me pareció excesiva para el normal de los mortales, patrón en el que me incluyo. Una conversación erudita entre dos intelectuales hablando de poesía del siglo XX, salpicada de perlas hermosas, de las que hacen que los lectores creamos que los autores, en este caso, el poeta es de carne y hueso. Frases como que Cracovia, la Roma del Este, era la ciudad con la que soñaba, que había embellecido en su sueño y cuya belleza había neutralizado el Comunismo, en ese afán del Comunismo de neutralizarlo todo. El hombre que va a París por una mujer "busquen a la mujer y está aquí" (en referencia a su esposa). El caminante que deambula por París encontrando en cada rincón a su país. La ciudad ajena en la que nadie es completamente ajeno. El adorado Mediterráneo, mar común a los europeos del sur y no tan del sur. El valor de la Literatura, la soledad del creador, la felicidad de crear en una habitación de estudiante. La música tan presente en su obra como variante de la poesía. Las tres artes, música como expresión inmediata del arte que se nos impone casi con agresividad frente a poesía y pintura que exigen más esfuerzo...
Creo que el encuentro ha de ser para el lucimiento del autor, no del presentador y precisamente la calidad del presentador se demuestra cuando un autor acostumbrado a comunicar a través de palabras escritas encuentra la atmósfera íntima (a pesar del auditorio) para abrir su corazón. Y creo que lo hizo en todas esas frases que menciono arriba y en el momento en que habló de España. Ya tuve la misma sensación el año pasado con Ford, con la diferencia de que Ford expresaba con sus ojos las ganas que tenía de comunicar mientras la presentadora creía, por un momento, que aquella era su posibilidad de sentirse ombligo del mundo (ya ni siquiera recuerdo su cara y mucho menos su nombre).

Fernando Beltrán y el premiado pusieron voz a los poemas de este último.


Y al final Bonet, director del Instituto Cervantes, cargo en el que le precede el asturiano García de la Concha (y que, por cierto, maneja un presupuesto de 115 millones de euros) le preguntó por España en una pincelada. Dijo el autor "esto me daría para tres horas de conversación" y ahí se vino arriba en tres minutos: Cervantes, Lope, la pintura, un país muy oscuro con un sol muy brillante, un contraste seductor. Picasso, Miró. Es difícil resumir en pocas frases. "A Machado lo descubrí más tarde y para mí fue una revelación, su sencillez, su sensibilidad, su capacidad para descubrir grandes misterios en la vida cotidiana." Me faltó más Machado ayer, apenas esta referencia al final, pero como me faltó ayer lo traigo hoy a esta  página que es mi casa para recordar al poeta que hizo extraordinario lo cotidiano...


"Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de lluvia tras los cristales. 


Es la clase. En un cartel 

se representa a Caín 

fugitivo, y muerto Abel, 
junto a una mancha carmín. 
Con timbre sonoro y hueco 
truena el maestro, un anciano 
mal vestido, enjuto y seco, 
que lleva un libro en la mano. 
Y todo un coro infantil 
va cantando la lección: 
«mil veces ciento, cien mil; 
mil veces mil, un millón». 
Una tarde parda y fría 
de invierno. Los colegiales 
estudian. Monotonía 
de la lluvia en los cristales."
                                  Antonio Machado.

Está muy bien elevar el nivel, está perfecto, pero decidme, cuántos de los lectores que ayer ibamos a escuchar a Zagajewski, se molestarán siquiera en buscar a uno de los autores sobre los que charlaron Bonet y el premiado que, por cierto, fueron Brodsky, Walcott, Holan, Bonnefoy, Benn o Celan... Cuántos sin embargo, volveremos a buscar en nuestro recuerdo, en nuestros desvanes o en las bibliotecas los versos de Machado.
Muy mal La Nueva España en la edición de hoy, se ve que salieron corriendo del auditorio y por eso ni siquiera mencionan el vídeo hecho por de lectores de Clubes de Lectura leyendo Campanas ni el recital que puso fin el acto, ni la sonrisa fuera de protocolo cuando dos mujeres que hablaban en polaco se acercaron para que les firmara. Es como marchar en medio de la obra y perderte el desenlace. Un ejemplo más del periodismo de este país.

1 comentario:

  1. Me gusta lo que has escrito del evento del martes. El Encuentro de los lectores de los Clubes de Lectura con el poeta Adam Zagajewski. Suscribo prácticamente todo lo dicho por ti. Yo tampoco había oído hablar del premiado poeta. En Mi club de lectura de La Corredoria se nos facilitaron varios libros. Yo leí dos,uno de poesía, y otro un ensayo " Solidaridad y Soledad" mientras estaba con una máquina haciendo rehabilitación del codo derecho . Y como tú, también participé en el video de la lectura colectiva del poema Campanas . Buen hallazgo esto del video collage colectivo. Creo que sorprendió. Quizás pensaron que no hacía falta presentar ( por muy conocido que es) al poeta asturiano Fernando Beltrán, ni decir que los participantes en el video, eran miembros de los diferentes clubes de lectura... Para eso estaban los créditos. Saludos, Bea.

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