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lunes, 12 de mayo de 2014

"Los huesos del invierno" de Daniel Woodrell

Muchos habréis oído hablar de los llamados "seis grados de separación" Se trata de una teoría que intenta probar que todos estamos conectados por una cadena de conocidos que no tiene más de cinco intermediarios. Yo creo totalmente en ella. Creo en esto, pero también en las casualidades, en el destino, en que las cosas pasan por algo y en que lo hacen cuando tienen que pasar. La verdad es que en una ciudad tan pequeña como la nuestra tampoco es tan raro.  La teoría empieza a sorprender cuando en medio de la cadena aparece un premio Planeta de reconocido prestigio, entonces parece que la cosa tiene más peso. Mi profesor de Historia, Pedro Fernández, me invitó a un café literario donde conocí a Chelo Veiga, Chelo anunció aquel día que Lorenzo Silva iba a venir a nuestra ciudad para participar en un acto en el Auditorio, junto a él Abraham Agüera, escritor novel y local, que fue el que me llevo a encontrarme con Francisco Piquero y su grupo. Aquí está la teoría, cinco personas, seis conmigo. Podría haber llegado al mismo sitio desde otro punto de partida, pero llegué por éste. El nexo común: los autores, el amor por las palabras escritas y un género, el de la novela negra, me condujeron de cabeza al club de lectura que sobre novela negra se celebra en la Biblioteca del centro social del Cortijo en la Corredoria de Oviedo, un lugar público y plural, donde un grupo heterogéneo y muy majo de gente (y, bastante numeroso para lo que se ve por ahí) se reúnen para conversar y exponer, discutir y entusiasmarse. Conmigo, humilde diletante y sin temor a equivocarme, lo que van a hacer es enseñarme. Yo por mi parte prometo ser disciplinada y diligente alumna.
Y allá que empecé la aventura cuyo primer capítulo se desarrolló en dos actos. Primero la lectura de la deliciosa novela, vaya por delante, propuesta en la primera sesión entre otras muchas igual de apetecibles, "Los huesos de invierno" y después en otra reunión posterior, celebrada este viernes, el visionado de la película del mismo título.
"Los huesos del invierno"de Daniel Woodrell es de esas novelas que hacen nacer en ti la urgente necesidad de compartirlas. Novelas que despiertan sensaciones e impresiones que sólo algunos autores, argumentos o protagonistas son capaces de remover. Novelas que te ponen en el disparadero de la escritura.  Es increíble e inexplicable, simplemente lo necesitas.  Es lo que ocurre con esta obra que abre una etapa nueva en mi vida como lectora del género negro. Obra que te hace enamorarte de una heroína, de una atmósfera y de un género.
Ree Dolly es la protagonista de una historia dura, muy dura, con un final tremendo, brutal diría, pero con un buen final. Es una historia redonda, donde la miseria y el hambre, el frío y el invierno, la crueldad, encarnada en este caso por las mujeres, y valores mal entendidos como la lealtad a la familia convierten el texto en una lectura imprescindible.
El principio es sencillo, un día Ree, una  adolescente ocupada en cuidar y dar de comer a una madre enferma y dos hermanos pequeños, Harold y Sonny, recibe la visita del sheriff del lugar. Jessup, su padre, delincuente habitual, cocinero de meta-anfetamina, debe presentarse ante el tribunal de su libertad condicional, parece que ha desaparecido y todo hace presagiar que no se presentara. El sheriff comunica a Ree que su padre ha puesto la casa y las tierras como aval de la fianza. Si no se presenta lo perderán todo. Ree tiene apenas treinta días para encontrar a su padre, vivo o muerto. Y comienza una carrera a contrarreloj para solucionar el lío en el que está metida, una carrera en la que aparcará sus planes de futuro, sabedora de que la ausencia definitiva de su padre la condena a permanecer allí para siempre, pero sin casa ni tierras. Inicia una búsqueda en la que mantener el equilibrio será complicado y dónde el invierno y las distancias, las traviesas del tren y las furgonetas, el bosque y las ardillas serán elementos del paisaje y de la trama. Contará con la ayuda de su tío Lágrimas.
¿Existe la miseria absoluta? Si, existe, en el libro los niños a los que el autor define como "ciclones de carencia y necesidad" pasan frío y hambre y así lo sentimos. Pero junto a la miseria material se sitúa también la espiritual que recibe su principal sustento de la maldad y la violencia.
¿Puede una adolescente salvar a su familia? Si, puede, Ree que es la persona con criterio de la familia, toma las riendas y decide que encontrará a su padre y solucionará el problema. 
¿Se puede mantener la inocencia en medio del caos familiar más absoluto? No, no se puede. Ree paga un alto precio, el precio de una infancia robada, de tragarse el miedo para enfrentar la realidad, de la necesidad de crecer para poder sobrevivir, de no bajar la guardia en ningún momento. Sólo en algunos momentos cuando está con su amiga, madre adolescente o cuando se refugia en "sonidos agradables" parece recuperar su edad.
¿Puede la locura ser la tabla de salvación de una madre para escapar de la miserable realidad que vive? Si, puede. La madre de Ree que ha sido joven y guapa, atractiva y apetecible se deja arrastrar de cabeza por el túnel negro y sin salida que es, en la mayoría de las veces, la demencia.
Respecto a la película del mismo título y dirigida en 2010 por Debra Granik, viene avalada por su éxito y reconocimiento en el Festival de Sundance y por cuatro candidaturas a los Oscars entre ellos la de mejor actriz y mejor película. La película no es el libro (como casi siempre pasa) pero incorpora algunos detalles dignos de mención y te deja el mismo estremecimiento y la misma desazón. Sin embargo, en esta historia la angustia que el final provoca en nosotros no necesita ser traducida a imágenes, bastan las palabras.
El guión convierte a los hermanos de Ree en niño y niña y así explica, sin hacerlo realmente, porque Milton el Rubio, uno de los personajes secundarios, se ofrece para acoger al niño, pero no a la niña en el caso de que se queden en la calle. También se prescinde del invierno, de los pasajes totalmente hermosos en los que los copos de nieve cubren el pelo de Ree, convirtiéndose en escarcha, mientras espera las respuestas que le niegan. Las descripciones de la nieve y del frío son una de las cosas más bonitas de la novela. Para mi el autor usa la sensación invernal para establecer un paralelismo con la vida de la chica.  El invierno que azota a Ree y a su familia como les azotan las circunstancias que les rodean. La luz y el frío del invierno, la nieve y la soledad de los campos, el corazón helado de Ree que no sabe que va a pasar de ahora en adelante.
Dos últimos apuntes, la película deja ver a los niños comportándose como tales: juegan con caballos, saltan en la cama elástica, se esconden entre los fardos de hierba. Sin embargo en el libro los niños parecen llamados a seguir la estela de crimen y marginalidad de la familia. Y la escena en la que ella hace una entrevista para entrar en el ejército, creyendo que así podría solucionar los problemas de la familia. El soldado que la entrevista cuando escucha cuál es su situación, habla como si se tratará de la voz de su conciencia y le dice que quizás lo más valiente sea apretar los dientes y quedarse junto a los que la necesitan. En mi opinión, es una escena y un diálogo muy bien traídos.
Lo mejor, sin duda, ver a la dura Ree Dolly interpretada por la elegante y exquisita Jennifer Lawrence que pone de manifiesto la calidad de la actriz, no en vano a su edad ya tiene un Oscar. Jennifer Lawrence, de la que me declaró admiradora, está llamada a ser una de las grandes dentro del firmamento de las estrellas, de hecho ya brilla por si sola. Ser capaz de representar y dar credibilidad a un papel tan crudo como éste sólo ratifica mi opinión.
A pesar de lo crudo de la historia, el autor escribe una novela llena de lirismo, sobre todo en los pasajes en los que describe con tremenda delicadeza al crudo y duro invierno. Os la recomiendo. Buen principio.

3 comentarios:

  1. Ví la película, Bea, y me gustó muchísimo, no he leído el libro pero me han dado ganas cuando hablas de la descripción del frío y la nieve. Recuerdo que de la película me quedó una imagen muy dura de la América (Estados Unidos) profunda, mucho desasosiego, la sensación de que la vida era muy difícil en aquellas tierras.
    Cambiando de tema, ¿conoces a Elena Ferrante? Tengo la absoluta necesidad que tú describes de compartir a esta autora, es lo mejor que he leído en mucho tiempo, en España se han publicado tres libros suyos "Crónicas del desamor" que incluye tres relatos, (más que cuentos, menos que novelas) y dos libros de una trilogía, "La amiga estupenda" y "Un mal nombre". Hace meses que terminé el último libro y todavía me estoy preguntando qué seguirán haciendo sus protagonistas. Si no los has leído sal corriendo a la librería más cercana y si lo has hecho, ¿te han gustado tanto como a mí?

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  2. No te pierdas la novela, en el taller de lectura hablaron de ella como excepcional y no se equivocaron: la protagonista, el contexto, el final y la prosa, pero el inviernooooo, ayyyy, el invierno. La película está chula, pero léete la novela. Voy a apuntarme los títulos de Elena Ferrante, lástima que ya me compré ayer los títulos de este mes, pero si la encuentro haré un extra, me daré un capricho siguiendo tu consejo. Gracias y un saludo.

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  3. Si algo me alegra es que, gracias al taller de novela negra que mencionas, nos conocimos. Un placer leerte y escucharte.
    En cuanto a la novela “Los huesos de invierno” y su versión cinematográfica homónima, coincido ya lo sabes, en todo lo que dices y en cuanto a la diferencia que apuntas del uno a la otra respecto a los niños, quizá se deba a que la novela está escrita por un hombre que además tiene fijada su residencia en la zona donde se desarrolla la trama, mientras que la realización de la película la firma una mujer y en mi opinión las mujeres sabéis mejor que los hombres cual es o debe ser el sitio que cada cual debe ocupar en cada momento.

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