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domingo, 12 de mayo de 2019

Niños y muerte.

Hoy me ha tocado explicarles a l@s niñ@s de mi catequesis que, a veces, "pero solo a veces" los papás y/o las mamás se mueren, que no es lo normal, pero que "a veces pasa" que lo normal es que se mueran los abuelos y/o las abuelas primero porque son más viejos y la vida es caduca (esto no se lo he dicho así porque no lo entenderían), que la vida es un camino y que morirse es la meta, o sea, el final.  No sé si lo he hecho bien porque cuando l@s niñ@s tienen entre 7 y 9 años estas cosas son complicadas. A esa edad no se tiene ningún sentido de la trascendencia (casi no lo tengo yo ahora). Por qué me tocó explicar esto, pues porque ayer se moría de forma prematura la madre de dos compañeros suyos de colegio: A. y J., dos niños delgados y espigados, como juncos, muy parecidos físicamente a pesar de que se llevan entre sí unos dos años, que hace apenas un par de semanas mantenían conmigo una charleta de esas entre vecinos delante de mi casa porque habían venido al cumpleaños de otros dos compañeros suyos que viven en mi aldea. En las aldeas nos conocemos todos y en mi concejo prácticamente también. Dos de mis niñ@s del catecismo van a clase con ellos, así que insistí a G. e I. que no fueran pesados, porque a lo mejor, solo a lo mejor A. y J.  no tenían muchas ganas de hablar de lo que había venido a demoler los cimientos de su casa (al menos temporalmente) y que si no querían hablar "respetarán su silencio" pero que intentarán estar junto a ellos, pasarles la mano por el hombro y elegirles para formar parte de sus equipos cuando les tocará jugar fútbol. "Esto va a ser un problema", me dijeron, "porque el que elige es I. que es el mayor y el que mejor juega". Entiendo que cuando vea a I. que no es de mi catequesis pero que también es amigo mío porque le encantan los perros y es un niño de verbo y sonrisa fácil, le tendré que decir que esté al quite de sus amigos y se acuerde alguna vez de elegirles para su equipo antes que a otros que igual juegan mejor. Sé que G. e I. (que acaba de perder a su abuelo) lo entendieron y sé que harán lo que puedan. Luego ellos mismos (las niñas se mantuvieron en un segundo plano porque no van a este colegio) me dijeron que se había muerto de algo del corazón y no se me ocurrió más que decirles que al corazón había que tratarlo bien, comiendo sano, practicando algo de ejercicio, pero, sobre todo, llenándolo de AMOR, amigos, familia y buenos sentimientos. Creo que hay que que explicarles que estas cosas pasan. I. ponía una cara y G. dijo que les iba a dar un abrazo cuando los viera, como  viejos camaradas ante la adversidad, me gustó que quisiera abrazarlos, me pareció que implicaba cercanía tb para el. Ya sabéis que a ciertas edades parece que tocarse les da alergia. No sé si lo he hecho muy bien porque hubo un momento en el que me pudo la emoción y es que no puedo dejar de pensar en dos niños que pierden a su madre cuando más la necesitan y sinceramente por mucho que intenté entenderlo, no consigo hacerlo. Al final menos mal que C. nos contó algo que habían hecho los niños de su clase y pudimos reconducir el tema. Descanse en paz esta mujer que, sin duda, se ha ido antes de tiempo.

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