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viernes, 16 de marzo de 2018

Angeles Flórez Peón, "Maricuela" en Las Regueras.


Cubierta del libro Memorias de Angeles Flórez Peón


Estamos en la biblioteca. Hace frío afuera, sin embargo la luz de Las Regueras tiene algo especial al atardecer, quizás sea la falta de montañas, la suavidad de las lomas que no encuentran paredes ni escollos, el verde de los prados que empieza a anunciar la primavera, el ganado pastando. Hablamos Esther y yo de lo nuestro. Mónica Vega, tan presente entre nosotras, hoy no nos acompañará. Lástima porque son tan buenas sus fotos. Queremos un Pieces para Mónica, retratista de escritores. González Oviés presenta en Cervantes. No nos da la vida, querer estar en dos (o en tres) sitios a la vez, pero la cita de hoy ineludible es en Las Regueras junto a la agrupación socialista local. Les visita Angeles Flórez Peón, "Maricuela" (Blimea, 1918), la última miliciana viva de la guerra civil española. Suben la escalera y llega una mujer joven, hoy todas somos jóvenes al lado de la protagonista, que saluda a Esther es Laura Díez, presidenta de Las Trece Rosas, nos dice, "os traigo a Angeles para que la conozcáis" (realmente se la traía a Esther y me encontró a mí, en esto llega también María José). La mujer es diminuta, ha empequeñecido con su casi siglo de edad. De aspecto frágil, delicada como una porcelana. Se quita el abrigo y se apoya en una de las  mesas. Nos cuenta como es su vida diaria y comenta que nunca ha estado en este pueblo. No sabemos donde ponerla. Nos pide por favor que la tuteemos. Nos sentamos. Yo me atrevo a preguntarle por Pedro Sánchez, por los jóvenes y su laxo compromiso con la vida y con la sociedad, por cómo encontró España cuando volvió, son tantas cosas ante un siglo vivo de historia de España. Esther me dice "lo escribes tú" y me da una libreta de cuadros y un bolígrafo. No me atrevo a decirle que no. Ya tengo mis titulares: "A Pedro Sánchez, aunque no era mi candidato, hay que darle el mérito que se merece porque le han dado por todas partes y miralo donde está", "es incomprensible que en este país donde la gente se muere de hambre, la gente siga votando a la derecha", "después de la manifestación del 8 de marzo, tengo esperanza, había  muchas chicas jóvenes", "cuando volvimos, España era un país pobre y triste".
Miliciana y presa en Santurrarán durante casi un lustro, tras un consejo de guerra, exiliada en Francia durante 57 años, madre y  esposa, vuelve a España a raíz de la muerte de su marido para que sus cenizas descansen aquí. Tiene previsto que cuando ella fallezca les echen a los dos en el mismo sitio donde fusilaban en Gijón. Tantos muertos, tantos nombres, tanta memoria silenciada. A Angeles le quedan apenas unos meses para ser centenaria, cumplirá cien en noviembre, pero la mujer desprende una vitalidad y una energía más propia de la joven que fue que de la mujer de edad provecta que es.
Muy activa en redes sociales, vive sola, se levanta a las 8.00, se arregla y se maquilla un poco "aunque no vaya a salir". Una señora la ayuda con las tareas del hogar por semana. Tiene mucho trabajo últimamente, la gente le ofrece ahora un reconocimiento merecido y un baño de cariño "Esto lo guardo en el corazón también para todos los que  no han podido estar aquí. En vuestras caras veo el interés por conocer la historia y es mucho honor el que me hacéis. Lo recojo en nombre de todos los que dieron su vida por la libertad." dice muy agradecida.
Impresionante el testimonio personal en el recuerdo del novio al que fusilaron por bajarse del barco para ir a buscarla, en el recuerdo de la amiga de Valdesoto muerta mientras "carretaba la pota con la comida a los milicianos" en una labor que ella también realizaba con frecuencia esquivando las balas que silbaban por encima de sus cabezas y en el recuerdo de Rosario Casanueva, de Noreña, presa con ella, a la que fueron a buscar "para salir" y nunca regresó. "Yo era joven y no tenía condena a muerte. Lo peor eran las madres. Las mataban junto a sus hijos. Cada vez que lo hablo, no lo hablo, lo vivo." "Dentro del penal había otra cárcel. Supe después que hubo asturianos que nacieron allí. Se comía muy mal, pero lo peor era lo humilladas que estabamos. ¿Sabes lo que es saber que estás condenada a  muerte y estar esperando que te llamen para "salir" sabiendo que no volverás? Eso me marcó toda mi vida".

Ángeles Flórez adoptó el apodo de 'Maricuela' con solo 17 años, así se llamaba el personaje que interpretaba en la obra "Arriba los pobres del mundo", justo cuando estalló la Guerra Civil. No lo volvería a representar. "Yo era muy cobarde" contó ayer, en el sentido de tímida, "pero cuando tengo una cosa, soy valiente. Así que me dieron el papel y lo acepté. Estrenamos la obra y la protagonista era Maricuela. No me gustaba nada el nombre, era horrible y yo decía, va a quedame, va a quedame y mira, ahora me suena bien."
Maricuela en la biblioteca de Las Regueras.
Maricuela insiste en la necesidad de que se conozca la historia, sobre todo, por los más jóvenes "si no conoces la historia, no puedes defenderte".
Tras el 8 de marzo más reivindicativo y la primera huelga feminista de la historia convocada en España, el testimonio de mujeres como "Maricuela" adquiere un importante valor. "Escribí mis memorias porque siempre me gustó escribir, pero no pensaba que iban a interesar a nadie. Ahora mi lucha es para que se sepa la historia y no se repita. Los jóvenes son mi esperanza. Hay que luchar, ir a las manifestaciones y hay que votar. El compromiso de la juventud es el que es porque no conocen la historia."
El próximo día 13 de abril de 2018 Maricuela recibirá en Castrillón el Premio José Fernandín reconociendo su lucha por la igualdad y la justicia social. Este galardón lleva el nombre del primer Alcalde Socialista del municipio, fusilado durante la guerra civil.
Angeles firmando ejemplares de su libro de memorias.
He salido esta mañana a la calle, no he podido evitar emocionarme pensando en patatas cocidas "el mejor manjar estando en la cárcel", pensando en mujeres que huyen con sus hijas al encuentro de quienes ya están en el exilio, pensando en hijos que quieren que sus padres descansen en la tierra madrastra que los echó primero hacía el exilio, pensando en quien creció sin engordar la venganza por el hermano asesinado en una guerra traidora. Pienso en que la historia la escriben mujeres longevas, de mirada franca y mente clara, mujeres pequeñas por fuera  y grandes por dentro. Quién tomará tu relevo cuando faltes? Salud y República compañera. Yo seré tus ojos en el futuro, sé tú hoy memoria viva para que no olvidemos.

1 comentario:

  1. Qué maravilloso encuentro, mi admiración para todas esas mujeres excepcionales como Angeles Flórez, por su trabajo, por su lucha para hacer de este mundo un lugar mejor.

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