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domingo, 28 de noviembre de 2021

El puñal de Quirós

Dice el antropólogo Roger Bartra que “el futuro es incierto” mientras se lamenta por el pasado perdido, sin embargo para los arqueólogos el pasado es fascinante. Si hacemos un ejercicio de imaginación y nos preguntamos cómo era la vida en Quirós hace 4.000 años e intentamos recrear una escena de aquellos asentamientos a 1.300 metros de altitud es la Arqueología la que nos abre la puerta y nos invita a profundizar.


El descubrimiento de diferentes utensilios en el sector Norte de la Sierra de Sobia y en la braña de Brustamundi en Quirós abre nuevas hipótesis sobre el poblamiento humano a esta altitud, desmitificando las zonas de montaña y a sus habitantes que no eran individuos solos sino individuos en comunidad o, al menos, en relación con otros.

Los hallazgos arqueológicos fruto de las prospecciones llevadas a cabo por un equipo de trabajo dirigido por el arqueólogo Alberto Fanjul se presentaron el pasado 20 de noviembre en el Museo Etnográfico de Quirós con gran asistencia de público y en medio de una gran expectación. Estas prospecciones realizadas en setiembre y octubre y que no han sido intensivas, sino que se han realizado en zonas concretas usadas tradicionalmente, suponen la obtención de restos en superficie gracias a detectores de metales. Un puñal de grandes dimensiones bautizado con el nombre de “puñal de Quirós” al que le falta una parte, muy estilizado y totalmente funcional, una fíbula ornamental sin aguja (especie de imperdible utilizado para sujetar los ropajes en el hombro el doble de grande de las fíbulas más comunes, muy funcional, sin adornos) que por su gran tamaño podría delatar la condición social y económica de su dueño y una pequeña hacha que, al contrario que la fíbula y precisamente por su pequeño tamaño, hace suponer que se trata de una especie de lingote usado como moneda de cambio y no de un arma propiamente dicha, fueron mostrados al público presente en el MEQ. Tanto el puñal que puede datarse al final de la Edad de los Metales, hace unos 4.000 años a expensas de lo que diga cualquier estudio posterior como la fíbula presentan una cronología muy antigua. Las tres piezas pasarán a formar parte de los fondos del Museo Arqueológico de Asturias cuando se completen los estudios que tienen pensado realizarse.

Estos trabajos arqueológicos en la zona que han sido apoyados por los Ayuntamientos de Teverga y Quirós suponen una gran aportación al conocimiento de una época en la zona de la que se tienen muy pocos datos. La idea de Fanjul es seguir trabajando en un territorio muy extenso y orográficamente complicado en el que se trabaja por sectores “en el momento en que se excave los descubrimientos pueden ser mayores”. También apuntó a lo largo de la presentación el interesantísimo descubrimiento de restos humanos en una sima “en un tiempo donde los cuerpos se incineraban, encontrar tres cuerpos supone abrir una amplia investigación que con los análisis adecuados nos darán valiosa información sobre su alimentación, su estilo de vida, si eran nómadas o sedentarios, cuál era su actividad económica, etc.”

Encajar todas las piezas de este puzzle ayudará a los expertos a construir el mapa arqueológico de los vecinos concejos de Quirós y Teverga y con ello podremos poner un poco de luz al pasado de los pobladores de nuestras montañas.

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