Ojalá fuera invierno,
allá afuera y no aquí adentro.
Invierno sin palabras,
en un silencio de paz que hiele los sentidos,
no mi Humanidad,
ni la tuya.
Ojalá fuera invierno
y con el,
un tiempo de escuchar el sonido de la nieve cayendo delicada,
y, uno a uno, los copos depositarse en torno nuestro
construyendo un muro sin fisuras,
un muro que proteja un Mundo nuevo.
Un muro,
allá afuera y no aquí dentro,
un muro que vence el sol
y no mazos,
ni fuerza,
ni luchas entre hermanos,
ni palabras que hieren dichas a destiempo,
un mundo nuestro.
Ojalá fuera invierno,
un invierno que se viste de novia y se muestra inmaculado ante nosotros.
Un invierno sin manchas
solo la perfecta belleza de la nieve.
Y aquí dentro y no allá afuera,
junto a la lumbre,
los niños leen,
recortan mariquitas,
colorean las noches y los días de risas y juegos infantiles,
sueñan con muñecos de nieve,
esperan salir y encontrarse al invierno que dejaron tras de sí cuando cerraron las puertas de sus casas.
Ojalá fuera invierno
allá afuera y no aquí dentro,
ralentizando un ritmo que no para.
Ojalá fuera invierno,
otra vez,
dar marcha atrás
y que el marzo pasado me trajera de nuevo la primavera
que me han robado, l
la de este año,
la de este año,
y vivirla,
esta vez sí
esta vez sí
allá afuera no aquí adentro.
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