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miércoles, 24 de julio de 2019

El elemento diferenciador.

Me advierte un día un amigo, en una charla informalsobre la necesidad urgente y absoluta de que mi concejo, y los que son como el mío, encuentre un elemento diferenciador que lo ponga en valor frente al resto de la oferta turística del Principado, parece que nuestro patrimonio natural no es suficiente y yo lo entiendo. Aquel día hablábamos de la necesidad de que existieran establecimientos que se caracterizaran por la calidad, por el servicio o simplemente porque ofrecen algo diferente a sus potenciales clientesMe vino a la mente aquel fantástico restaurante japonés en Piloña regentado por unos dueños de trato excepcional, que cerró hace nada (por jubilación) aunque, si hubiesen seguido, tendrían reservas para mesesFuente la Lloba se llamaba el sitio, instalado con un gusto exquisito en una casa de piedra asturiana y con unas vistas, si el tiempo lo permitía, verdaderamente privilegiadas. Para llegar hasta allí había “casi” que escalar una montaña, sin embargo, la gente se desplazaba a aquel apacible lugar a comer sushi sin problema desde cualquier punto de Asturias y tan felices, porque hay muchos a los que además del pote y la fabada también nos gusta arriesgar y probar cosas diferentes.


Pienso estos días en los que muchos celebramos el nombramiento de la poeta Berta Piñán como Consejera de Cultura, Política Lingüística y Turismo en qué cosas pueden diferenciar a Quirós y al resto de concejos del Valle. Tenemos la Senda del Oso tan maltratada últimamente gracias al abandono de las administraciones, de todas sin excepción, sigue siendo la senda por excelencia”, una auténtica joya de la corona, pero si no la cuidamos pronto dejará de ser nuestro tesoro gracias al estado en que se encuentra para ser una mochila cargada de piedrasSe me ocurre, así a bote pronto, que una fuerte apuesta por la Cultura, por la cultura con mayúsculas, por la literatura, por la divulgación científica, por la danza, por el teatro y por la música, por poner solo algunos ejemplos, algo así como en BueñoQuién les iba a decir a los de Bueño que iban a ser foco de atención gracias a su Festival Internacional de Jazz, a su Ciclo de Cine al Aire Libre además de por sus hórreos.

Que en poco más de un año Cristina Fernández de Cubas, premio Nacional de Narrativa en 2016, el científico Carlos López Otín o el cuarteto de cuerda EntreQuatre de gira mundial para celebrar su 35 aniversario, entre otros, hayan recalado en Bárzana no puede más que significar que algo (o alguien) se mueve dentro del mundo cultural de Quirós. Un mundo que, sin abandonar la tradición, va más allá, que además del folklore, signo inequívoco e identificador de la sociedad asturiana, aspira a combinar el afán de saber, la curiosidad innata de los humanos y el delicado hedonismo que nos lleva a recrearnos con la belleza de determinadas artes. Tenemos la suerte de contar entre nosotros con poetas y bailarines, músicos y escritores, pintores y fotógrafos de altísimo nivel pero, sobre todo, tenemos la suerte de contar con muchas personas que creen firmemente que los concejos pequeños han de apostar por la cultura como auténtico elemento diferenciador y dinamizador, generador de sinergias y que la descentralización de determinadas manifestaciones artísticas es un derecho de los ciudadanos (sí, también de los ciudadanos que viven en los pueblos). Que en tres años se hayan consolidado las Jornadas Culturales de Quirós convirtiendo al Museo Etnográfico en el escenario desde el que mostrar nuestra mejor cara al mundo es un hecho. Que digo yo que hay más allá de las fiestas de prao y que no son incompatibles aunque, en principio, para algunos personajes lo parezcan, que a la gente que le gusta la música clásica también le gusta bailar Paquito el Chocolatero pero no es lo mismo, ni mucho menos, ni el momento, ni la actitud, ni el beneficio para el espíritu que una y otro producen o provocan, que al cuerpo hay que darle lo que pide, pero también educarle para que pida cosas buenas. A ver si lo vamos entendiendo. La democracia no es hacer lo que quiere la mayoría sino trabajar para que la minoría se vea representada.
En este sentido me parece una fantástica idea que Cultura y Turismo vayan de la mano en esta nueva legislaturaTambién me parece interesante que esta consejería lleve Política Lingüística porque defender la nuesa llingua ye algo más que una cuestión política, ye algo necesario. Es una realidad que la Cultura puede cambiar el mundo. Es imprescindible que lo hagaSon urgentes hombres y mujeres críticos, especialmente ahora, por el momento social e histórico que nos toca vivir. Quiero que mi casa sea la casa que describen los versos de Piñán: “Una casa que seya como un árbol,/ qu'aguante los rellamposqu'escample/ la pedrisca, qu'espante lloñe la ventolera xélido/ del tiempo”. Pero, sobre todo, quiero que mi casa acoja a todos, que sea un árbol que nos cobije sin excepción alguna, y que sea la Cultura la que nos alimente, la que nos de consuelo, la que nos diferencie.





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