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martes, 17 de julio de 2018

Pintando acuarelas, la visión más delicada de Asturias en la mirada de Rosa Manzano.

Algunas veces pasan cosas en Quirós, pero otras veces nos trasladamos a otros lugares buscando cosas que pasan con protagonistas quirosanos. El viernes de la semana pasada fuimos hasta Gijón para acompañar a uno de los valores emergentes del concejo, Rosa Manzano, por cierto no hay edad para ser promesa artística. Casualmente un grupo de artistas quirosanas tuvieron a bien abrigar en una bochornosa tarde del verano astur, raro y torcido que nos ha tocado vivir este año. La pintora Gloria Viejo, la fotografa Maribel Gijón y la poeta Cristina Alvarez, todas mujeres de buen talante y talentosas. Lo mejor la calidad de la obra que allí se mostraba, lo más mejor, compartir espacio y tiempo con estas mujeres, abriendo cauces de comunicación entre las distintas formas de expresión del arte, dibujar proyectos comunes que consigan implicarnos a todas, un movimiento morado que tiña de color el mundo y lo haga más habitable. Sí, el viernes fue de las quirosanas pero habrá más ocasiones y más momentos para vivirlos juntos. Hacer comunidad, hacer tribu, comunicar nuestras inquietudes, transformar la sociedad, generar sinergias. Arte al servicio de un fin. Fue un día guapo después de una semana larga e intensa, pero quiero muchos más días así o parecidos.

De izquierda a derecha: Gloria Viejo, Adolfo, Rosa y Manuela Manzano, Maribel Gijón y Cristina Alvarez.
Rosa Manzano presentó el pasado viernes en Gijón la que es su segunda exposición individual. Abrigada en este caso por su familia y amigos, acuarelistas y algunas artistas quirosanas, y no por la niebla como lo fue en la primera,  esta exposición en solitario en la Fundación Alvargonzález supone un paso más en la que va a ser una carrera llena de éxitos, aunque el mayor éxito es Rosa misma, conocera Rosa ye querela independientemente de que sea quirosana o no.
Ramón y Cecilia Alvargonzález junto a Rosa Manzano.

Ramón y Cecilia Alvargonzález fueron sus anfitriones en una apuesta de la Fundación que lleva su nombre por facilitar espacios para dar visibilidad al talento que no ha encontrado aún su merecido hueco en el panorama creador asturiano “autores noveles cuya firma no está reconocida comercialmente” en palabras de Ramón que agradeció a Rosa “la confianza que ha tenido en esta Sala para montar esta exposición”. Rosa Manzano por su parte agradeció a la Fundación, a la asociación de acuarelistas y al arquitecto Javier Hernández Cabezudo, trabajador del Ayuntamiento de Gijón, que también pinta acuarela y es miembro de la asociación de acuarelistas, Acuarelastur y que puso a Rosa en contacto con la Fundación y expresó “sabéis que lo que más me fascina en el mundo ye la acuarela y eso ye lo que hay aquí, así que espero que disfrutéis y que os guste”.
La exposición que podrá verse hasta el 27 de julio e irá a posteriori a Cangas de Onís, recoge 27 acuarelas de formato pequeño y/o mediano, con un estilo claramente figurativo, en las que hay abundantes paisajes costeros, marismas, dunas, barcas a la orilla de la playa de los concejos de Gijón y los vecinos Castrillón y Avilés, pero también paisajes urbanos de la ciudad que acoge la muestra. En estas acuarelas, podríamos llamarlas urbanas, Manzano capta con sus pinceles a la perfección la atmósfera marinera que impregna la ciudad, así en “Niebla en el Naútico”, junto a calles como Capua o Jovellanos. No olvida la artista la Asturias de interior, su Quirós natal en la titulada “Valdemurio”, ni tampoco el Valle de Trubia como en “Casona en Trubia” consiguiendo un maridaje perfecto entre mar y montaña, tonos arenas y verdes luminosos, rasgo que caracteriza de nuestra tierra. También hay en la exposición un guiño a la obra de su hermano, el escultor Adolfo Manzano, con la acuarela “Los díes fuxios” que retrata la escultura del mismo nombre que tiene este autor en la ciudad.
Los díes fuxíos

La autora que maneja la complicada técnica de la acuarela nos enseña la luz de Gijón, la inmensidad del mar encontrando un horizonte de hormigón en la Escalerona, los suaves verdes en contraste con la arena de las playas asturianas volviendo a demostrar, igual que hizo en año pasado en la muestra que presentó en Quirós “Nel color de la niebla encuentro abelugo”, su delicada sensibilidad para mezclar colores, su pasión por pintar y su entusiasmo contagioso que marca con fuerza y fidelidad a si misma en su obra. Para finalizar el acto se sirvió un vino español durante el cual el numeroso público pudo departir con la autora y en la que las artistas quirosanas presentes disfrutaron un montón con el éxito de su colega y amiga.
Quirosanas power!

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