Vistas de página en total

domingo, 13 de diciembre de 2020

Repasar los rotos.



Buscaba hilo negro para coser un corchete. Cuando yo era pequeña los corchetes eran metálicos, ahora te los venden de plástico transparente. No encontré el hilo en mi acerico que en Quirós, como en mi trabajo, pasa por una cartera de esas que te dan de publicidad de alguna marca para que las lleves contigo cuando vas de viaje, la mía es de Alsa. Ahora que nada se repasa, que nada se repone, que todo es de usar y tirar, ahora que nos habíamos acostumbrado a vivir de cualquier forma, ahora, ha venido una pandemia para que revisemos nuestras vidas, nuestros cimientos y, de repente, nos hemos dado cuenta de que aquello que dábamos por hecho, porque era lo normal, porque era lo cotidiano, ha dejado de serlo. Tomar café en un bar, charlar toda la tarde con los amigos tomando una cerveza (o dos), las barras de las sidrerías abarrotadas de gente, llegar a cualquier hora y que te dieran de cenar, acudir a un acto social, cualquiera, sin aforo (o con aforo cuando el ponente es la bomba “entrada libre hasta completar la sala”), abrazar a tus padres o a tus sobrinos, acudir a Urgencias por una urgencia (o no, cuánto hemos usado y abusado de nuestra Sanidad), salir de compras o celebrar la Navidad que ahora es lo que nos preocupa y nos ocupa. La vida se ha vuelto del revés hasta el punto de que los que están solos están más solos, de que muchos hemos dejado de ser urbanitas para convertirnos en rurales, huyendo de la ciudad a refugiarnos a la aldea que nos echará en cuanto empiece a nevar, ahora que los que viven en familia, supuestamente acompañados, se sienten también solos, ahora que los pisos de ciudad se han convertido en pequeñas mazmorras de libertad dejando de ser nuestra zona de confort para generar la ansiedad de los que viven atrapados, ahora que nadie habla de la cantidad de ansiolíticos que se han consumido en este tiempo, ni de ataques de ansiedad o de pánico, ni de suicidios consumados o frustrados, i de l impotencia por estar sumidos en desiertos personales incapaces de abrir un libro. Ahora que hay que seguir sí o sí, aceptando todas las pequeñas y grandes limitaciones que nos imponen y cumplimos o no cumplimos, con desgana y desagrado, cerrando los puños y apretando los dientes, pensando en una gestión diferente y, por supuesto, infinitamente mejor “ay, si me dejaran a mi”, pero conocedores (muchos de nosotros) de la tremenda dificultad que implica esta situación por ir a ciegas, por desconocida, por zorra y asesina y aún peor, cómo si mirando en una bola pudiéramos ver..., de la crisis económica, social y política que va a venir, que está llegando, no tardando mucho, que ya está aquí. Amigos, la gente se va a morir de hambre al haber perdido sus trabajos, al haber muerto su red de sujeción, al no poder Papá Estado dar abasto con subsidios, ayudas subvenciones o lo que sea que van a darnos. Ahora que pasa todo eso y que los besos y abrazos que no hemos dado quizás ya no se den, y que este tiempo es irrecuperable aunque no sea irreparable su pérdida porque aún podamos vivirlo de otra forma, con más calidad, ya que cantidad no va a poder ser, ahora que así de un guantazo nos han robado casi un año de nuestras vidas que quién nos lo iba a decir, ahora es tiempo para repasar rotos, para crear espacios aunque sean personales  y patios interiores donde encontrarnos a nosotros mismos, tiempo de buscar respuestas a la pregunta de qué puedo hacer yo para “solucionar” esto. Ahora que es tiempo de Adviento, que sea verdad que llega un viento nuevo, brisa o huracán a nuestras vidas, a nuestros corazones, a nuestras calles, un aire nuevo a esta desazón que vivimos y contagiamos, preparemos para encarar lo que venga, que va a venir y va a seguir haciéndonos temblar, preparemos y hagamos hueco en nuestras vidas a la solidaridad, al encuentro con el otro aunque sea desde la distancia, preparémonos para construir juntos no para destruir. Solo remando a la vez, capeando el temporal conjuntamente seremos capaces de salir adelante. No es tiempo de dividir es tiempo de sumar. Es tiempo de repasar los rotos y salir hacia delante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario