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lunes, 27 de noviembre de 2017

Enredad@s en la red: historia de Bea la de Lola


Me recuerda FB estos días el fallecimiento de la persona que me ayudo a crear Bea la de Lola, que nos dejó joven, muy joven, 34 años. Se fue pronto, demasiado pronto. Y era afable y simpático, escuchaba mi chiflado monólogo interior emitido en voz alta y siempre, siempre tenía una buena palabra. "Pedro - le dije un día - ayudame a crear un blog que sin un perfil de blogger no puedo comentar en el de mi amigo Ovidio." "Tienes que ponerle un nombre. ¿Qué nombre le ponemos?" - me dijo. -"Bea la de Lola servirá: Bea por mi y Lola por mi perra". Y así de sus manos de informático y de la forma más tonta nació este sueño. Este sueño que hoy cumple cinco años. Cinco años que han pasado así, en un suspiro como últimamente parece que pasa todo. Yo tenía cuarenta y dos y acaba de ser el concierto de "Celtas Cortos en mi pueblo". Unos días despues del concierto publiqué la primera entrada y desde entonces hasta hoy. Tenía cuarenta y dos años y la necesidad imperiosa de comunicar o de expresar muchas cosas que tenía dentro y que aún tengo, que querían salir y que salieron a borbotones muchas veces y a cuentagotas otras muchas.
En estos cinco años han pasado muchas cosas. Probablemente si me tengo que quedar con algo me quedo con la adquisición de la costumbre de escribir y publicar. A algunos puede parecerles que no sigo el ritmo de los primeros años pero no es así. Hace ya un tiempo que me propuse publicar una entrada a la semana y, más o menos, lo cumplo. También es cierto que empiezo muchas entradas que guardo en borradores esperando para ellas un momento más propicio o a que la ira se calme. Es verdad que mi vida no es un mar en calma. Nunca lo ha sido. Sigo revolviéndome contra la injusticia, aunque sé que muchas veces ésta depende del color del cristal con que se mira. Cuando creo que tengo razón, utilizo la palabra (también las duras palabras) para defenderme. 
Ha ocurrido también, y así lo siento, que las redes sociales han adquirido cada vez más fuerza en lo que a relaciones y comunicación se refiere. No sólo sirven como un canal para dar publicidad a cosas interesantes y positivas que  hace la gente: exposiciones, encuentros literarios, actividades varias. Las redes son un escaparate en el que con más o menos éxito vendes tu producto. En este sentido, exponerse es bueno. Quién quiera dar a conocer un trabajo individual o colectivo, un proyecto empresarial, una primera novela, todo aquello que merezca la pena, tiene en las redes una herramienta fantástica con un amplio recorrido y muchas posibilidades para hacerse ver. Pero por otro lado, al mismo tiempo que crecía exponencialmente su poder, éstas se han convertido en una auténtica cloaca en la que vale todo, sobre todo el insulto, la descalificación, la humillación del que piensa diferente. En este sentido, creo humildemente haber conseguido un muro en el que la gente juega limpio. Intento expresarme con corrección y elegir palabras que no hieran a nadie, pero ojo, mi muro es mi casa, así que no vengas a montar ruido en él de cualquier manera y ya que vienes no vengas a insultarme.
Han sido cinco años de crecimiento personal y compromiso en los que principalmente he aprendido a leer. Lo ponía el otro día "aprendo a leer y esto me hace feliz". Feliz muy feliz, para que negarlo, y no debo de leer mal las historias de otros porque muchos me las cuentan para que las escriba. Leo en los ojos de los demás, en sus palabras, en sus vidas. Leo el momento que vivimos, la actualidad, el devenir político. Escucho lo que me dices y, a veces, incluso adivino lo que me quieres contar. Sueño con encontrar a alquien que me regale la historia jamás contada y que de su vida y mi forma de contar salga algo verdaderamente bueno, pero esto no deja de ser un sueño. Cinco años en los que mucha visibilidad me la ha dado LVT, ese periódico comarcal que nació con ánimo de seguir y ahí está creciendo cada día. Gracias Lucía y Fernando porque a vuestro lado estos dos años ¿o ya son tres? el blog también ha crecido. Me he sentado a la sombra de este proyecto empresarial ilusionante que tantas oportunidades nos ha dado a los plumillas. Alguna vez también me he quemado. Yo no soy periodista, solo aspiro a contar lo que pasa con el único interés de servicio público y un poco también de poner nombres a la memoria. El blog pasó de 1000 visitas al mes a una media de 3.000 al mes (para mi es mucho y así lo valoro).
No tengo la menor duda de que la vida me ha regalado muchas cosas y la posibilidad de meterme en muchos charcos. Así quiero vivir, con los zapatos sucios de caminar y las manos llenas para dar. Confio en que el blog siga cumpliendo años y espero estar a la altura de los retos que me pongan  por delante. Quién dijo que "cinco años no es nada" ah, no, que eran veinte...

2 comentarios:

  1. Sigue,Bea. Sigue con el mismo entusiasmo, las mismas ganas y con tanto sentimiento.
    😙😙

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  2. Aquí estaremos para leer todo lo que nos tengas que contar. A por otros 5 años más por lo menos.

    Saludos.

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