Desde Villar de Salcedo (Quirós) |
Me gusta todo de esta tierra.
Los hombres y las mujeres.
Los bosques de fayas y de castaños, los rebollos y los fresnos.
Los corredores y las galerías, aunque cada vez queden menos.
La decadencia de una forma de vida.
Cada curva que abre una ventana nueva a las montañas.
Me gusta hasta lo que aborrezco:
la mediocridad,
el chismorreo,
la ausencia de ambición y el medrar poco,
porque a veces ni medrar queremos,
la cobardía y la envidia entre vecinos.
Amo los otoños como éste, llenos de luz y paz;
las primaveras tardías de un verde rabioso;
las nieves del invierno que echan por el suelo sueños y esperanzas,
pero nos dejan volver a la infancia resbalando con trineos por los pindios prados.
Los veranos calurosos que secan fuentes y praderas.
Sí, sin duda, no necesito más razones para amar,
porque aquí las tengo todas.
Bajando de Salcedo (Quirós) |
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