Ayer, dentro de las actividades programadas por el club de Lectura de Quirós nos reunimos en la biblioteca, en un acto abierto al público, con Alberto Alvarez, autor de “Quirós, 15 días de octubre” ilustrado por Florentino Menes.
El análisis del libro que recoge lo ocurrido durante la revolución del 34 en el concejo de Quirós dio lugar a un cúmulo de emociones y sentimientos, no en vano casi todo el auditorio estamos unidos, de una forma u otra, a los protagonistas de aquellas dos semanas intensas y convulsas que acontecieron hace 90 años.
El autor que ha tenido a bien ofrecer a los quirosanos y quirosanas un trabajo de investigación realizado a partir de numerosos documentos escritos y gráficos, es un fantástico contador de historias, tanto es así que el encuentro se prolongó más allá de hora y media y mantuvo al público atento y expectante a cada una de las historias con las que fue desgranando aquellas ya lejanas dos semanas del 34. Alberto estuvo acompañado por su amigo Roberto F. Osorio, cronista oficial del concejo. Alberto y Roberto son dos de las personas que mejor conocen la historia quirosana, al menos la del s. XX, coleccionistas de anécdotas de sus mayores y de los mayores de todos los presentes, aprendieron a escuchar desde pequeños convirtiéndose en amables escuchantes y actualmente en generosos autores.
Llama la atención del relato que yo calificaría como crónica histórica, la forma tranquila en que se desarrollaron aquellos días en Quirós que contrasta claramente con el inicio, apenas un año y nueve meses después, de la Guerra Civil, durante esos meses fueron macerando en los jugos del odio y del rencor todos los asuntos pendientes que había entre los vecinos y vecinas y que originaron a posteriori tanta muerte y tanto dolor.
En mi opinión hay dos cosas a destacar del día de ayer. Una a partir de personajes como el maestro Elio Canteli es el papel de los maestros de izquierdas empeñados en la construcción de una nueva sociedad y que eran tan importantes y admirados y luego fueron tan represaliados y perseguidos, portadores de la antorcha del conocimiento que convierte a hombres y mujeres en ciudadanos y ciudadanas críticas conocedores de sus derechos y defensores de los mismos. Y otra es la importancia de conservar la memoria que cono dijo Alberto que un día le había comentado a Rober “para las vacas” en clara alusión al despoblamiento que sufre el concejo, yo diría que debemos conservarla aunque sea para la fauna salvaje. Conservar la memoria en homenaje a nuestros mayores, a los que murieron antes de tiempo, a los que crecieron sin padres o sin conocer que había ocurrido con ellos, como recuerdo a una historia que aún es cercana y que generó tanto sufrimiento, en recuerdo a una sociedad viva y a un tiempo en el que la gente llenaba los caminos, pero también como llamada a la reflexión a nuestros jóvenes para que sepan que hay que trabajar duro en la construcción de puentes de diálogo y entendimiento, pues solo con estos la convivencia pacifica es posible. Esperamos nuevas obras tanto de Alberto como de Roberto, tandem de amistad y trabajo que dará buenos frutos. Y queremos mantener vivo el recuerdo del padre de José, del de Ramón, del de Matilde, del tío de Aidita, de Elio Canteli y de José Berros, entre otros, todos ellos escribieron la historia del concejo en aquellos quince días de octubre y hasta hoy.
El libro aún puede comprarse en el Ayuntamiento y en la Libreria Elías en Oviedo.
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