Un cielo negro sin luna,
caverna de desánimo y desaliento en la que caigo sin quererlo algunas veces.
Luego remonto y pienso
en este cielo poblado de estrellas,
visibles o invisibles,...
brillantes o vacías de luz,
una por cada beso que dimos,
otra por cada caricia que regalamos
y las más lejanas por cada día que compartimos.
Me consuela pensar que estamos al abrigo del mismo techo.
He recorrido tanto hasta llegar hasta ti que no me rendiré hasta volver a verme reflejada en tus ojos.
Negros como un cielo sin luna,
Negros como el abismo que oculta mi caverna.
Negros como la boca del lobo que nos acecha.
Transparente y primaria, necia y coherente. Con mal café si me llevan la contraria. Amiga de mis amigos e incondicional si la causa, aunque sea perdida, merece la pena, pero también divertida, independiente e inconstante en mis afectos. Y desde ya "a palabras necias, oídos sordos" Recordádmelo porfa. El resto ponerlo vosotros, pero leédme, porque en cada palabra, en cada pensamiento en cada entrada de este blog está mi corazón y mi esencia de persona. Besos para todos. (la gente lee esto)
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