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Tito, una de sus últimas fotos (cedida por su hermana Eloísa F. Bustillo) |
He estado repasando una página de la historia de Ribadesella que enlaza con la historia de Quirós y viceversa. He concluido que la historia realmente la escribe la casualidad (que no sé, ilustradme por favor, si es una diosa o no) La casualidad primero y luego la memoria. He pasado una tarde en Gijón emotiva, emocionante con una mujer que ha recordado conmigo unos hechos de hace CASI CINCUENTA AÑOS y que ha concluido que este tiempo ha pasado en un suspiro. Una hermana que ha recordado a su hermano, muerto en el tránsito de la adolescencia a la juventud. Una mujer con ojos de niña que, por un momento, ha vuelto a ser la montañera intrépida que fue y ha disfrutado recordándolo. Luego he hablado con Isidro García un quirosano de Las Agüeras que vivió el día del accidente, ayudando a bajar el cuerpo de Tito y organizando los trámites judiciales: llamar el juez de Pola de Lena, participar en el levantamiento del cadáver etc. Isidro me ha sorprendido porque además de aportar datos me ha dicho los nombres de todos los que andaban por allí aquel día. Concluyo: decía ayer Eloisa que cada testigo tiene una versión de los hechos, por eso hay tantas historias como personas implicadas. Yo me quedo con la joven que se quedo huérfana de hermano pequeño, con la familia que tuvo que aprender a vivir sin el zascandil (en el sentido cariñoso del término) que ponía color a los días grises, pero que lo hizo durante demasiado poco tiempo y con Isidro, testigo objetivo de los hechos que desde la distancia pone una nota diferente al relato. Suerte que tiene una de poder revivir la historia y de que se la cuenten las personas que la vivieron.
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Picu Mayor, concejo de Quirós, foto de Pepín García. |
La Semana Santa de 1968 diez integrantes
de la
sección de espeleología
del grupo de montaña Torreblanca (1), de los que cuatro eran chicas, descendieron
junto a dos jóvenes de Ribadesella por una pequeña sima conocida como Pozu´l
Ramu. El día antes habían estado probando el material en la Cuevona.
Conocían
la existencia del
pozo, pero no
si
había cueva. Habían ido por la zona porque sabían que era fácil que existiesen cuevas a las que entrar. Fue
el
azar el que quiso que
en aquella incursión se
encontraran con dos de los conjuntos artísticos más importantes, primero
el
Camarín de las Vulvas y más
tarde, gracias al fogonazo que dio el carburo de Tito Bustillo al encenderse,
el
Panel Principal o
Panel de los Caballos.
Los chavales sí fueron conscientes de que aquello era algo grande y decidieron volver a la pensión de Ribadesella donde se alojaban sin decir a nadie lo que había visto. Cuenta Eloísa F. Bustillo que al llegar a la villa se encontraron con una procesión y las mujeres decían sobre ellos, llenos de barro y con monos de trabajo "pero si van chicas" Sobre
este descubrimiento,
con
gran repercusión mediática no
solo a nivel local sino incluso mundial
debido a que
el
valor
de las obras descubiertas estaba
a
la altura de los más
importantes yacimientos europeos conocidos hasta
el momento, se han escrito miles de páginas como contaba Eloísa
Fernández Bustillo, una de las integrantes de aquella expedición y
hermana de Tito,
que recordó para este medio la vorágine que vivieron aquellos días.
"En los días posteriores bajamos al interior de la cueva muchas
veces, también con la prensa. José Vélez, fotógrafo, Manuel
Avello, periodista y Magín Berenguer del Patronato de Cuevas y
Yacimientos Prehistóricos de Asturias fueron
algunos de los que contribuyeron en el primero momento a la difusión
de la noticia.
Hoy no podría hacerse así, llegaría la autoridad responsable,
cerraría
y
nos impedirían el acceso y ahora,
tantos años despues creo que quizás
hubiera sido lo más sensato" apostilla Eloísa rememorando
aquellas fechas. Eloísa
F. Bustillo recordaba el
momento en el que vieron el Gran Mural
«A mi hermano Tito se le apagó el carburo y al ir a encenderlo, con
el fogonazo que dio, miró hacia arriba y vio la cabeza de caballo.
Después con la luz de todos
los
carburos pudimos ver el gran mural» cuenta "pero tampoco
alcanzamos
a ver
en ese primer momento todo
lo que había".
La
cueva iba a llamarse Cueva Torreblanca en honor al grupo de montaña
al que pertenecían, pero la fatalidad quiso que la muerte
sorprendiera a uno de sus protagonistas, Celestino
F. Bustillo, Tito Bustillo en Quirós. Y fue este
fallecimiento en un accidente de montaña lo que motivó que el Grupo
Torreblanca pidiera que se bautizara la cueva del Pozu´l Ramu con el
nombre de Tito Bustillo.
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Los descubridores, foto cortesía de la Sociedad Etnográfica de Ribadesella. |
A
la pregunta de por qué estaba Tito en Quirós, Eloísa cuenta lo
siguiente "Estábamos un poco cansados de todo lo que había ido
surgiendo aquellos días. Nosotros eramos unos rapacinos y nos habían
superado los acontecimientos. Todos querían llevarse los réditos de
lo encontrado: el Patronato, la Universidad, los Grupos de
Espeleología (GESA), entonces no había federación... así que
decidimos hacer una salida diferente. Nuestros padres nunca nos
prohibieron nada pero aquellos días y al ser 1 de mayo nos pidieron
que no fuéramos. Los mineros habían prometido que sería un día
movido, así que yo hice caso a mis padres y no fui, pero mi hermano
sí. Tito era muy cabezón y como eramos ocho, consiguió despistar a
mis padres en un ir y venir de mi padre a mi madre y viceversa. Aquel
día con él no estaba ninguno del grupo que habíamos realizado el
descubrimiento, si estaba Marta Blanco que luego sería una de las
mejores montañeras y escaladoras de la época. Al llegar a la Cueva
la Canal y quitarse la mochila y el material que llevaba, tropezó y
se despeñó. Cuando bajaron a ayudarle ya no pudieron hacer nada. Lo
bajaron sus propios compañeros y lo velaron en la iglesia de Las
Agüeras. Nos enteramos porque alguien llamó a casa y mi padre le
dijo a uno de mis hermanos mayores que Tito había tenido un
accidente en Quirós y que pintaba mal y allá fueron."
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Tito con dos compañeras scouts |
Para
Isidro García García, vecino de Las Agüeras y que por aquellos
días era el encargado de llevar el Juzgado de Paz de Quirós, aquel
día fue un día intenso. "Cuando llegaron a avisarme del
accidente estaba trabajando la tierra. Pronto nos pusimos en marcha, llevo el deceso el juez de Pola de Lena, d. Carlos María Balver García". Isidro subió
hasta el lugar del accidente con d. Modesto, el párroco de la zona y
allí con una camilla entre todos lo bajaron para llevarlo a la
iglesia dónde se procedió junto al juez y el secretario
del juzgado de Pola de Lena a practicar las diligencias oportunas. En el juzgado de paz de Quirós está inscrita la
defunción.
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Cruz colocada en homenaje a Tito Bustillo en la entrada de la Cueva La Canal (Las Agüeras, Quirós) |
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Para
Eloísa y su familia «que la cueva lleve su nombre es un orgullo,
pero fue un golpe muy duro, de hecho mi madre murió dos años y
medio despues». Recuerda a sus padres sin consuelo, pero muy
arropados. Durante los meses siguientes y diariamente muchos de sus
compañeros del instituto, del grupo de montaña, entre ellos Lalo
Azcona acompañaron a la familia. Unos meses más tarde se hizo una
misa en Quirós y se puso una placa en recuerdo del joven fallecido.
Los padres de Tito escribieron una carta de agradecimiento, estaban
contentos de que su hijo hubiera pertenecido a un grupo capaz de
mostrar tanta humanidad y tanta solidaridad. Eloísa bajaba del colegio donde trabajaba y se ponía a hacer café para tantos y tantos amigos que llegaban a casa a acompañarles en el duelo, "parecía un bar" recuerda. Cuenta
Eloísa que Félix Rodríguez de la Fuente hizo un documental con
testimonios de todos ellos tras el fallecimiento de Tito del que
apenas se conserva un trocito de metraje y en el montaje no se
mencionaba que la muerte había tenido lugar en Quirós "Tito
murió en Quirós, esa es la verdad, a posteriori hemos ido con
algunos de nuestros cuarenta sobrinos a enseñarles la zona para que
conozcan la historia". A la pregunta de sí, entre tantos,
alguno ha heredado el amor por la montaña de sus tíos, Eloísa nos
dice con un punto de ironía que la vida ahora es muy diferente y es
más importante ir a clase de inglés.
La
muerte de Tito en Quirós, el menor de ocho hermanos con apenas 18
años alejó a Eloísa un poco de las cuevas, pero volvió «Participé
en el Campamento de Espeleología que se celebró aquel verano e hice
un curso porque de repente me daban respeto. Me convertí en
monitora, llegando a hacer muchas más cuevas de las que había hecho
hasta el momento, siempre he sido una pisapraos".
(1) El Grupo Torreblanca se funda por los scouts de la parroquia de San
Juan del Real, eran amigos de la naturaleza y de la aventura y al no
existir federación de espeleología deciden federarse como montañeros.
Qué bien contado, Bea! Me encanta esta historia que no conocía. 😙
ResponderEliminartodo el mundo conoce la primera parte, pero no la segunda, ha sido una suerte que me encargaran este trabajo. Hay muchos detalles que no he reflejado en este texto porque quizás no vengan a cuento, que me los guardo para otra ocasión. Como dijo Martínez de Pisón el sábado y guardando las distancias of course, "los escritores somos ladrones" hay un par de cosas que darían para un relato...
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