Ayer iba a contar una cosa que por motivos obvios dejé para hoy. Es un poco escatológica (yo para algunas cosas soy un poco remilgada) pero hoy SÍ la cuento: mi abuela Elena que era una mujer de armas tomar pero muy noble e incluso inocente, decía que "cuando pisabas mierda era pa perres". Yo, sinceramente, nunca lo tuve muy claro, pero para soportar el disgusto de haber metido el pie donde no debes o el "fedor" que arrastras cuando lo haces, no era mal consuelo. Ayer que era el cumple de mi padre (como bien sabéis) subí hasta su casa a felicitarle y baje andando con Lola (que como también sabéis es mi perra y compañera). Puedo presumir en los once años y pico que llevamos juntas que nunca he dejado la caca de Lola sin recoger. Voy siempre preparada, pero si por casualidad acabamos las bolsas, los klenex, el rollo de cocina, .... Hay tantaaaaaa basura por la calle que siempre encuentras otra bolsa, un folleto de publicidad, un periódico... Los que nos pasamos el día recogiendo cacas, vemos la tremenda cantidad de desperdicios que deja la gente por las calles (hoy sin ir más lejos, el parque a las 7.20 parecía un campo de batalla) SOMOS UNOS CERDOS..., pero sigo con lo de ayer. Cuando un perro se desparasita a menudo hace caca blanda y este era el tema. Resumiendo: de la que bajaba de mi casa a la casa donde vivo, las dos veces que Lola hizo popó yo metí mis manos entre su caca. La primera porque la bolsa estaba estratégicamente rota y la segunda, porque el rollo no aguantó del todo la caca blanda. De todas formas, yo cumplí con nota (y mierda de perra "pa perres" como decía mi güela) con mis obligaciones de dueña. Pero he aquí que hoy cuando bajo al Alimerka a completar con unos paquetes de pañales para la campaña pro-refugiadas sirias (que como también sabéis estamos haciendo) me encuentro una perfectamente recogible (por su textura y conjunto armónico) cagada de perro en la esquina de mi portal (dentro del portal, iluminadme, ¿se llama soportal?). Me cago yo en todo lo que se menea y como buena vecina, solidaria con los perros, nunca con los cerdos de los amos, recogí la caca (esta vez sin mancharme) y la deposité en su sitio, que no es otro que la papelera verde que al lado mismo de mi portal puso cuando urbanizó la calle el Ayuntamiento. Y digo yo, ¿no habría que hacer un examen como el de conducir para tener un perro?; y, digo yo, todos los fantásticos policías municipales que estos días estrenan motos y andan Tenderina arriba, Tenderina abajo, ¿por qué coño no multan algo? Mirai si me mosquea esto que lleva mi coche un mes en el taller y no me ha hecho escribir tantas palabras seguidas! ¡Estoy MUY CABREADA! Lo de que vayan atados es para otra entrada, la mía siempre va.
Transparente y primaria, necia y coherente. Con mal café si me llevan la contraria. Amiga de mis amigos e incondicional si la causa, aunque sea perdida, merece la pena, pero también divertida, independiente e inconstante en mis afectos. Y desde ya "a palabras necias, oídos sordos" Recordádmelo porfa. El resto ponerlo vosotros, pero leédme, porque en cada palabra, en cada pensamiento en cada entrada de este blog está mi corazón y mi esencia de persona. Besos para todos. (la gente lee esto)
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