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viernes, 24 de mayo de 2019

Votad, malditos, votad!

Para Antonio Machado "la verdadera libertad no es decir lo que piensas sino pensar lo que dices". Yo he estado callada y en un segundo plano desde el día 25 de marzo que declare públicamente que abandonaba la carrera por la alcaldía de Quiros, por dignidad personal y coherencia con lo que estaba recibiendo de algunos compañeros tras cuatro años de trabajo impecable por QUIRÓS (trabajo que, sin embargo, algunos interpretaron que inclinaba la balanza a favor del partido que ha tenido las riendas del consistorio hasta hoy y otras veces que informaba teniendo solo en cuenta a la oposición- dicen que Churchill le explicó una vez a un ambicioso joven parlamentario de su partido que "los adversarios se sientan enfrente y lo enemigos detrás de ti", o sea, en tu mismo lado) he estado observando, escuchando y también respondiendo a todos los que me preguntaron mi opinión, siempre en privado, por el panorama político del concejo (que sepáis que me han preguntado de todos los partidos, algunos con más interés que otros) y he recibido, creo que más información de la que necesitaba, pero es lo que hay. Me toca gestionarla de manera que me afecte lo justo. No quiero dejar de pasar este día de cierre de campaña para hacer la siguiente reflexión (que quizás, solo quizás, ayude a alguno a votar en domingo o/y sino a votar, al menos a reflexionar sobre nuestra situación).
El domingo cuando vayamos a votar a uno de los tres candidatos al Ayuntamiento de QUIRÓS, tras dos semanas de ilusionante y emocionante lucha, os pediría que tuvierais en cuenta que estas personas van a gestionar 365 días a lo largo de cuatro años (si todo va bien) nuestras relaciones como comunidad, nuestro dinero, organizando no sólo la convivencia sino también los recursos empleados en la misma. Ellos decidirán, siempre que las demás administraciones se lo permitan, sobre si arreglamos el bache de la carretera de Salcedo o el de la de Villamarcel, sobre si adecentamos esta pista o aquella, sobre la gestión de los montes, los que defenderán los intereses del concejo cuando los daños de los lobos sean los que son o sean otros. Serán los que exijan que se mantengan los maestros y las unidades escolares cuando desde la Consejería quieran cerrarnos un aula, los que luchen por la calidad de los servicios sociales y hagan efectiva la ordenanza que obligue a mantener limpias de cacas de perro de nuestras calles, en definitiva ingresarán en forma de tasas e impuestos los dineros que van a regir nuestros destinos y los administrarán.
Pero van a hacer todo eso y mucho más. Ellos van a representarnos ante la Administración Central y autonómica, van a ser nuestra imagen fuera de los límites del concejo, van a ser agentes activos en negociaciones con otros políticos, con empresarios, con instituciones. 
Así que pensad bien en lo que queréis. Y votad, votad como si no hubiera mañana, como si os fuera la vida en ello porque el Quirós que queremos sale de estas urnas y sois vosotros y no otros, los responsables de lo que va a pasar en los cuatro años que vienen, sois los responsables pero también vais a ser quienes quienes sufráis el desgobierno, el más de lo mismo, el podía haber sido de otra forma, etc.etc. Así que votad en conciencia, votad con el corazón o con las tripas o con las gónadas si fuera necesario. Votad por QUIRÓS más allá de intereses espúreos, perversos, falsos o mezquinos. Votad por un QUIRÓS VIVO, en el que todos los ciudadanos estén verdaderamente representados, votad por un QUIRÓS abierto al turismo que conjugue con el mantenimiento de sus tradiciones, un QUIRÓS que hablé de nosotros los quirosanos como hombres y mujeres trabajadores que quieren a su tierra, luchan por ella, se enamoran de ella. Así que cuando seáis vosotros los que inclinéis la balanza hacia un lado u otro, pensad también en qué parte de culpa es vuestra por estar donde estamos, por no haber sido críticos o por serlo en exceso, por no haber participado cuando desde el Ayuntamiento pidieron tu opinión. No voy a pedir el voto para ningún partido, dije que no iba a hacer campaña y eso he hecho, mantenerme en la orilla, pero si voy a deciros a los que estuvisteis en el debate del pasado domingo o a los que lo escuchasteis que lo tengáis en cuenta a la hora de votar. Nada más. #lapoliticaesvioleta #elecciones26M #26M

domingo, 12 de mayo de 2019

Niños y muerte.

Hoy me ha tocado explicarles a l@s niñ@s de mi catequesis que, a veces, "pero solo a veces" los papás y/o las mamás se mueren, que no es lo normal, pero que "a veces pasa" que lo normal es que se mueran los abuelos y/o las abuelas primero porque son más viejos y la vida es caduca (esto no se lo he dicho así porque no lo entenderían), que la vida es un camino y que morirse es la meta, o sea, el final.  No sé si lo he hecho bien porque cuando l@s niñ@s tienen entre 7 y 9 años estas cosas son complicadas. A esa edad no se tiene ningún sentido de la trascendencia (casi no lo tengo yo ahora). Por qué me tocó explicar esto, pues porque ayer se moría de forma prematura la madre de dos compañeros suyos de colegio: A. y J., dos niños delgados y espigados, como juncos, muy parecidos físicamente a pesar de que se llevan entre sí unos dos años, que hace apenas un par de semanas mantenían conmigo una charleta de esas entre vecinos delante de mi casa porque habían venido al cumpleaños de otros dos compañeros suyos que viven en mi aldea. En las aldeas nos conocemos todos y en mi concejo prácticamente también. Dos de mis niñ@s del catecismo van a clase con ellos, así que insistí a G. e I. que no fueran pesados, porque a lo mejor, solo a lo mejor A. y J.  no tenían muchas ganas de hablar de lo que había venido a demoler los cimientos de su casa (al menos temporalmente) y que si no querían hablar "respetarán su silencio" pero que intentarán estar junto a ellos, pasarles la mano por el hombro y elegirles para formar parte de sus equipos cuando les tocará jugar fútbol. "Esto va a ser un problema", me dijeron, "porque el que elige es I. que es el mayor y el que mejor juega". Entiendo que cuando vea a I. que no es de mi catequesis pero que también es amigo mío porque le encantan los perros y es un niño de verbo y sonrisa fácil, le tendré que decir que esté al quite de sus amigos y se acuerde alguna vez de elegirles para su equipo antes que a otros que igual juegan mejor. Sé que G. e I. (que acaba de perder a su abuelo) lo entendieron y sé que harán lo que puedan. Luego ellos mismos (las niñas se mantuvieron en un segundo plano porque no van a este colegio) me dijeron que se había muerto de algo del corazón y no se me ocurrió más que decirles que al corazón había que tratarlo bien, comiendo sano, practicando algo de ejercicio, pero, sobre todo, llenándolo de AMOR, amigos, familia y buenos sentimientos. Creo que hay que que explicarles que estas cosas pasan. I. ponía una cara y G. dijo que les iba a dar un abrazo cuando los viera, como  viejos camaradas ante la adversidad, me gustó que quisiera abrazarlos, me pareció que implicaba cercanía tb para el. Ya sabéis que a ciertas edades parece que tocarse les da alergia. No sé si lo he hecho muy bien porque hubo un momento en el que me pudo la emoción y es que no puedo dejar de pensar en dos niños que pierden a su madre cuando más la necesitan y sinceramente por mucho que intenté entenderlo, no consigo hacerlo. Al final menos mal que C. nos contó algo que habían hecho los niños de su clase y pudimos reconducir el tema. Descanse en paz esta mujer que, sin duda, se ha ido antes de tiempo.

sábado, 11 de mayo de 2019

Tiempo de bibliotecas.


El viernes subí a la Biblioteca de La Granja, el edificio que acoge esta biblioteca está en el Campo San Francisco de Oviedo. Cuando cruzas este auténtico pulmón de la ciudad no puedes más que sentirte orgullosa de que este parque, el Campo para los carbayones y para los asturianos, haya sobrevivido a la especulación y a todo tipo de ideas peregrinas como la que hace unos años pretendía construir un enorme parking bajo sus terrenos. El viernes cuando cruzaba el Campo que siempre despierta en mí recuerdos infantiles asociados a personas que ya no están, entre los árboles majestuosos, testigos de episodios de la vida de tantos ovetenses y de tanta gente de paso en la ciudad, pienso en mi biblioteca como en un bosque y me parece muy gráfico que la biblioteca que ahora es la mía por circunstancias, a la que acudo con frecuencia, esté precisamente en medio de este bosque urbano. El otro día leía que en Literatura, en poesía, había que intentar no caer en figuras manidas que se repiten e intentar innovar pero, en esta ocasión, decir que "las bibliotecas son bosques"me parece tan oportuno como acertado. Y por qué un bosque, facilísimo, porque ambos nos ayudan a respirar, nos dan aliento y alimento, nos proporcionan vida y libertad. Cuando paseas por un bosque la sensación de plenitud es comparable con la que experimentas cuando estás en una biblioteca, delante de todas esas estanterías pobladas de libros que te provocan para que te sumerjas en ellos, que te "susurran" como dice Susan Orlean en "La biblioteca en llamas" para que te atrevas a abrir uno de los numerosos títulos que se nos ofrecen generosos y empieces a navegar entre sus páginas, no solo viviendo mil vidas que de otra forma nunca podrías vivir, sino animándote a vivir la tuya propia y a innovar, a arriesgar y a intentar cosas nuevas, a salir de ti y a viajar para ser una persona más libre, con argumentos para opinar y moverte por la vida, con criterio propio, porque todo esto, amigos, en mi opinión te lo da la lectura y sí, "la revolución empieza leyendo". Es una sensación personal. Lo reconozco. Tienen que gustarte los bosques y las bibliotecas, pero seguro que muchos podéis poneros en mis zapatos y caminar entre los árboles igual que lo hacéis entre los funcionales y modernos anaqueles de vuestras bibliotecas y sentiros embargados por la emoción de lo que está ahí afuera esperando por nosotros, ávidos e intrépidos lectores.
Las bibliotecas son mucho más que libros colocados en estanterías esperando que los tomes prestados. Las bibliotecas son personas. Personas que hacen comunidad. Bibliotecarias y bibliotecarios que trabajan como héroes, batiéndose el cobre frente a las administraciones que tantas veces las olvidan, colocándolas las últimas de la fila en cuanto a presupuesto, visibilidad y protagonismo dentro de la vida cultural de nuestros pueblos y ciudades y fuera también casi siempre de los programas políticos. Qué importa la cultura en el despiadado y cruel reino del neocapitalismo. Mientras esto pasa, mientras las bibliotecas públicas de Gijón por ejemplo, llevan siglos sin incorporar nuevos títulos a sus fondos, movilizando a cientos de usuarios gijoneses en su defensa, los hombres y mujeres que trabajan en ellas están todo el tiempo pensando en qué hacer para crear y/o reforzar y hacer crecer esa comunidad que mencionaba arriba. Clubes de lectura, encuentros con autores, rutas literarias, viajes en busca de referentes literarios, cuentacuentos, conferencias, teatro, formación e información en nuevas tecnologías, alfabetización digital, ... son eso y mucho más, infinitamente más. Y qué decir de los lectores y lectoras. Las bibliotecas crean lazos de hermandad, espacios de encuentro y entendimiento, diálogo y debate. Hacen amigos, ponen en común a personas que de otra forma difícilmente se conocerían. Escritoras y poetas, fotógrafos y amas de casa, maestros y funcionarios, artesanos y músicos, de todas las edades, de todos los estratos sociales. Las bibliotecas son, sin ninguna duda, personas.
Se me ocurre para no extenderme más (que sí, que soy una rollista) hablaros de su papel en la democratización de la cultura. No hay nadie que no pueda entrar en una biblioteca, siempre que tenga acceso a una, claro, y cumpla un mínimo dentro de los usos y costumbres exigibles para vivir en sociedad. No se pide nada para ser miembro de este selecto club integrado por millones y millones de personas en todo el mundo y que maneja un sencillo y universal método de trabajo, un lenguaje entendible por todos, el requisito es leer, respetar el libro que te llevas, tratarlo con amor y devolverlo a su sitio. Las bibliotecas son también a fecha de hoy, una herramienta fundamental en la sociedad de la información en la que estamos inmersos, son auténticas fórmulas para corregir la exclusión digital que es sinónimo de exclusión social por pérdida de información y de oportunidades laborales principalmente. El acceso a los medios digitales en concreto a Internet facilita la vida a muchos usuarios permitiéndoles estar en el mundo virtual que tanto tiene que ver con el día a día.
Cuenta Carlos López Otín en su libro "La vida en cuatro letras" (aunque yo ya lo conocía precisamente por mi bibliotecaria) que existe una actividad que practican los japoneses y que se conoce como "baños de bosque". Consiste principalmente en caminar a través de uno de los numerosos bosques que tiene el país (un 70% de su territorio está cubierto de bosques) combinando el paseo con ejercicios de respiración, coordinación, relajación y psicomotricidad y dice que este ejercicio de comunicación con la Naturaleza y con nosotros mismos ayuda a generar cambios positivos en nuestras vidas por contacto con ese entorno natural favorable. Pues yo que no soy ni de lejos una persona autorizada en ningún campo aunque me atreva a opinar de casi todo, os diría, daros un baño de bosque y alternarlo con uno de bibliotecas, cuidar el cuerpo y la mente, estar en contacto con la naturaleza y con la sabiduría que nos traen las bibliotecas seguro, seguro que podremos entender mejor el mundo y ser un poco más felices.

jueves, 2 de mayo de 2019

Las tormentas.


Con la primavera llegaron las tormentas. Estaba advertida. Las que me inquietaban y alimentaban con rabia y sin piedad todos mis miedos, llenándome de dudas, despertando fantasmas que no sospechaba pero me acechaban en cada esquina para acompañarme y no dejarme sola, tomándome del brazo para ayudarme a cruzar las avenidas o lanzándome sobre los coches, perdiéndome  aún más en el complejo laberinto de la vida. Las tormentas eran como el Minotauro. Ellas persiguiéndome, yo buscando la salida. Crecían desde mi propio interior. Traían consigo una lluvia que caía a borbotones, golpeando con fuerza en los tejados de uralita, el sonido seco y bronco de los truenos, la luz de los relámpagos, el granizo a destiempo, como en una estación de paso descolocada en momento y espacio. Resonaba todo en mi interior como un eco, como tambores lejanos que anunciaban una guerra, que presagiaban un tiempo convulso, extraño, raro,...Tenía que haberlo visto, tenía que haber advertido lo que se avecinaba. El cielo negro, los oscuros nubarrones querían decirme algo. Señalaban los cambios que vendrían, apuntando la llegada de un tiempo de silencio, de fracaso interior y colectivo, de siluetas que se agigantaban en callejones oscuros prestas a destrozar ilusiones y esperanzas, sueños y futuro, de quienes susurraban calumnias que ensuciaban el honor de aquellos a los que luego llamaban amigos, los que tenían que callar y avergonzarse, pero en su lugar ensuciaban las vidas ajenas. Con las tormentas me abandoné al dolor y fueron ellas las que me llevaron por cunetas llenas de barro y piedras arrancadas de la tierra violentada. Noches largas de insomnio y cuchillos bajo la almohada para protegerme. Mi propio naufragio en un tiempo ajeno, testigo también de un naufragio ajeno en mi propio tiempo. Nunca más la guardia bajada. Y tras la tormenta, la soledad que produce el vacío de sonidos, el escucharse a una cuando no quieres hacerlo, el abandono a mi suerte, la pena que me dejó vacía de palabras e ideas, muda de historias que contar, seca la tinta en el tintero, seca yo misma por dentro y por fuera. El "ya te lo dije" de tanta gente amiga. La infinita pena y el desconsuelo infinito, el abandono y la mala gente. La inocencia quebrada.
Resolverán las dudas que quedan aún sobre la mesa una vez levantadas las cartas? Nadie sabe que suerte deparará el destino, pero de mi mano ni un mendrugo de pan, ni una palabra de aliento y un deseo que me reservo. Ojalá la vida golpee donde más duele a quien pasa el tiempo discurriendo la fórmula para hacer daño, ojalá la vida devuelva la maldad que van sembrando, ojalá lo veamos y podamos aplaudir el fin de una forma de hacer.
Después de las tormentas, la primavera vestirá de vida cada huerto, pero alguno en el que solo se sembró la cizaña se cubrirá de sombra permanente y nunca más dará fruto. Así será y así lo espero.