Cuando hace cuatro años con la resaca del día después de "Celtas Cortos en mi pueblo" amaneció para el amagüestu, Eva Martínez, concejala del Ayuntamiento de Quirós y Luisa de Castro, un poco coordinadora de eventos populares (lo digo así porque está en la salsa de todos los guisos) se encontraron con más de doscientos kilos de castañas por picar y un montón de gente esperando para cumplir la tradición, faltaban manos. Todos habíamos ido de concierto, pero el concierto tenía "un día después". Me ofrecí para bajar a ayudar y conmigo las mujeres que estábamos en Salcedo. Bajó hasta Marina que de aquella tenía unos seis años. Sacamos adelante el asunto entre todas. Manos inexpertas pero voluntariosas. Desde aquel amagüestu del 2012 hasta hoy el conocido como "equipo Salcedo" en términos coloquiales se apunta a un bombardeo. Hemos picado castañas con las mujeres de la residencia de ancianos en una tarde que recuerdo con ternura. Hemos cosido y vestido Reyes y pajes, repartido chocolate y sonrisas en la Cabalgata. Hemos organizado el Carnaval, sacando fotos y hasta mal escribiendo un pregón porque quien iba a hacerlo nos falló en el último momento. Hemos traído un mago para los niños (no nosotras claro, sino con el consenso de todos). Hemos sido voluntarias en la Ultra Trail y disfrutado como nunca con la etapa de la Vuelta a Alba en nuestro pueblo y es que ese día no trabajamos. Afortunadamente.
Somos cada una de nuestro padre y nuestra madre, unas simpáticas, otras tercas, unas mamás y otras no, unas casadas y otras solteras (yo), unas malhumoradas, otras siempre positivas, pero con nuestras diferencias y sensibilidades tenemos un único objetivo, nos mueve una única obsesión (Sarita esto va por ti) poner en valor nuestra tierra, darle a Quirós el lugar que se merece. Quien vea en nuestra actitud otro tipo de intereses se confunde. Aquí no hay más cera que la que arde.
Así que cada día que amanece en Salcedo, como hoy, espectacular, yo solo pienso en el trabajo bien hecho, en las sonrisas cosechadas, en los niños que disfrutan con nosotras, en los besos y abrazos que la gente que te quiere te ofrece en reconocimiento por lo mucho o poco que hacemos. Así que cada día que alguien nuevo se incorpora al equipo de trabajo (porque el equipo Salcedo es restringido, pero el de trabajo es abierto) es un triunfo de la comunidad, es una consolidación del trabajo colectivo en pos de interés general.
Algunos se preguntarán escépticos que interés tiene que salga adelante un amagüestu cuando hay miles cada fin de semana de otoño. Es muy sencillo cada año es un pequeño triunfo del pueblo, con el esfuerzo extra de algunos, vale sí, pero nosotros también nos divertimos y además creemos que lo rural tiene su importancia y en nuestras manos está que no se muera. En un momento de incertidumbre y de cambios, nuevos pobladores y envejecimiento de la población, un solo movimiento nuestro que contribuya a dar vida al concejo nos vale, un solo amigo que traigamos es un triunfo. El equipo Salcedo que consolida su línea de trabajo seguirá ahí apoyando, siendo crítico porque no todo vale, ayudando cuanto pueda. Ayer repartiendo castañas y sidra, en enero veremos qué se tercia.
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