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viernes, 1 de agosto de 2025

25 años de Rompiendo Distancias

Ayer se celebró en Taramundi el 25 aniversario de Rompiendo Distancias, un programa que inicio en este concejo la lucha contra la soledad no deseada, cuando este concepto aún no había sido acuñado y que hoy se extiende a 39 concejos asturianos con excelentes resultados.



La Casa de Cultura Eduardo Lastra Pérez se quedó pequeña para recibir a los representantes de 14 de los programas que se desarrollan en Asturias entre ellos los que tienen lugar en Valles del Oso (Quirós, Teverga, Proaza y Santo Adriano), Grau-Yernes y Tameza, Cándamo y Las Regueras, Salas-Cudillero y Belmonte.


Entre otros muchos alcaldes y representantes políticos de los concejos presentes, quisieron acompañar a los usuarios y usuarias y a las entusiastas técnicas de los tres programas mencionados, ayer especialmente emocionadas, Raquel Rodríguez González, María Álvarez Cosmea y Covadonga García Álvarez, las alcaldesas de Yernes y Tameza, Cándamo, Las Regueras, la teniente de alcalde de Belmonte y el alcalde de Salas.

El acto que fue conducido por Trinidad Suárez Rico, responsable del programa Rompiendo Distancias de Taramundi, San Tirso de Abres y zona alta de Castropol tuvo varias partes claramente diferenciadas. Comenzó con la intervención del alcalde de Taramundi, César Villabrille Quintana que manifestó la necesidad de dotar de recursos a estos servicios porque “vivir en el pueblo tiene que ser posible”. A continuación, intervino el Director General de Promoción de la Autonomía Personal y Mayores, Enrique Rodríguez Nuño que destacó la presencia del programa en 39 concejos y el reconocimiento de su excelencia siendo considerado como ejemplo de la misma en Europa. Relato la importancia de dignificar el cuidado y dar un servicio esencial en la zona rural contando con la financiación Principado y adquiriendo el compromiso de “seguir haciendo ese esfuerzo porque es un programa esencial para el gobierno de Asturias.” Intervino después Pilar Rodríguez Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal que fue la responsable política que se sentó en el año 2000 con el entonces alcalde de Taramundi, Eduardo Lastra Pérez, para dar respuesta a lo que era una necesidad ineludible, dar cobertura a los mayores en un concejo con una orografía complicada y una población dispersa. Fue un reto, pero que el modelo se extendiera al resto de Asturias rural era cuestión de tiempo y una demanda lógica.

Pilar Rodríguez en su ponencia, en una mezcla de alegría por celebrar este aniversario y melancolía por el tiempo transcurrido, manifestó que aquel programa supuso un cambio en la estrategia de cuidado de las personas, “un cambio cultural”, se promovió el voluntariado, pero también se buscaba que fuera generadora de empleo, favoreciendo que las personas se queden en su entorno rural, tanto los mayores como los jóvenes, con 116 personas contratadas en el programa (empleos directos). Hoy se ha de interpretar bajo el prisma de la nueva longevidad, pero sin dejar atrás los pilares en los que se basó “flexibilidad (a medida de las usuarias y usuarios), innovación y coordinación del territorio.”

Tras esta parte más institucional tuvieron lugar dos mesas redondas muy interesantes, una más técnica en la que se reflexionó sobre “El reto de envejecer en el medio rural. Hacia una sociedad cuidadora” en la que todos coincidieron en que hay que hacer un esfuerzo por incrementar la financiación y una desde la experiencia personal de mayores participantes en el programa “Experiencias de envejecimiento en primera persona: Yo vivo, yo decido”. En esta última los usuarios reivindicaron su derecho a elegir dónde vivir, cómo envejecer y hasta cómo morir en palabras de Blanca Iglesias del Programa Valles del Oso para quien Rompiendo Distancias “fue un regalo”; Dolores Valdés, maestra y usuaria del programa Oscos-Vegadeo, que definió a las personas mayores como “personas de juventud acumulada” recogiendo una definición que le habían dado a ella y que afirmó que “la vida de la ciudad no es ni para niños ni para gente mayor” y “es peor estar solo en compañía que el hecho de vivir solo”; Adela Herrero del programa Cangas de Onís, Amieva y Onís valoró su momento vital como muy bueno porque hacerse mayor también es adaptarse y aceptarlo y José Manuel Arias de Rubiano  (Programa Grau-Yernes y Tameza) que narró las dificultades para atender a su madre en casa, pero quedándose con la satisfacción de haberlo hecho. Todos ellos coincidieron en valorar la vida en el pueblo como una decisión personal, más sana y que otorga mayor calidad de vida y también hicieron hincapié en la importancia del voluntariado “es importante hacer esfuerzos cuando las fuerzas nos dejen”.




Cerró el acto la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco Fernández que se incorporó más tarde y que destacó que actualmente el programa llega a 7.300 personas en el ámbito rural y que es prioridad en Asuntos Sociales por lo que se va a trabajar en seguir implementando medios y recursos.

Tras la sesión de mañana y una comida de hermandad en el polideportivo de la localidad por la tarde hubo tiempo para la parte más cultural y creativa del programa y se realizaron diferentes actuaciones: demostración de toques vaqueiros a caro de “Muyeres de la Montaña” (R.D. Valdés), coro de Belmonte (R.D. Belmonte), Grupo de Teatro de Las Regueras (R.D. Candamo-Las Regueras) y Arte y Territorio (R.D. Comarca de la Sidra).

En el ambiente de ayer se podían respirar las ganas de nuestros mayores de seguir hacia adelante, manteniendo la autonomía en la medida que sea posible y también con las facilidades para seguir en sus lugares de pertenencia y arraigo. Fueron los protagonistas los usuarios y usuarias, pero también los técnicos, técnicas en su mayoría que poner todo de su parte por hacer la vida más fácil a las personas, sus personas, personas que forman una familia de miembros diferentes e intereses dispares pero que coinciden en lugares comunes y comparten vida manteniendo su individualidad y espacios propios, que hacen comunidad. Este tipo de iniciativas, la creación de redes de existencia y resistencia, consolida una sociedad estable, fuerte, democrática y participativa donde el respeto al diferente es importante porque la convivencia es fundamental para poder seguir viviendo y de eso se trata de convivir y de facilitar la convivencia para que el camino en este trecho sea más llevadero.  La sociedad del futuro tiene que ser una sociedad que cuida y como dice Raquel Rodríguez, técnica del programa de Valles del Oso, sin perder la perspectiva y la necesidad de ir adaptándose “ojalá el programa dure veinticinco años más”.

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