Parecía un día normal pero no lo era. A medida que iba avanzando la mañana, se iban llenando las mesas y poblando los huecos en el Albergue de Arroxo con los de siempre. Un día como hoy, víspera del último día del año, el Albergue pone fin a esta última etapa que hemos compartido, cerrando un 2022 en el que hemos vivido amenazados por la crisis energética, por la guerra de Ucrania, por los desmanes internacionales que afectan a nuestra pequeña aldea global, tras una pandemia que nos robó la libertad y las ganas. Un tiempo al que hemos en sobrevivido y en el que encontramos abelugo en este lugar que primero fue escuela y que durante tres años y medio, regentado por Lucía y Roberto, ha acogido a senderistas y turistas que se aventuran en este concejo nuestro más allá del Pantano de Valdemurio y aún más allá del ramal que lleva a Teverga. Y es que Quirós no se entiende en estos últimos tiempos sin este lugar que vino para revolucionar la hostelería y para dejar huella en todos nosotros. Nosotros que encontramos refugio en su terraza infinita que se prolonga en la vecina Vega Pío, en la que se aventuraron nuestros niños y niñas y nuestras mascotas corriendo tras algunos animales salvajes despistados (recuerdo una tarde fría y gris en la que confundimos un jabalí con un esbardu). Menús exquisitos elaborados o sencillos (recuerdo un mediodía de prisas en las que tarde, comí la más sabrosa ensalada de tomate que pudiera imaginar). Hemos vivido mucho juntos: bodas, cumpleaños, encuentros y desencuentros, conciertos de música folk y rock, jornadas mexicanas y gallegas, risas y lágrimas (las de hoy). Se cierra una etapa, pero nos queda el recuerdo de los mejores momentos de nuestros veranos postpandémicos (2020, 2021 y 2022), la mejor compañía, la mejor cerveza, el mejor servicio (inolvidable Adrián, que nos enamoró con sus ojos azules y al que conocimos con mascarilla). Quizás es momento de reflexionar si Quirós ha sido generoso con estos chicos porque hoy estábamos los de siempre para despedirnos pero nada más…. Dejamos amigos y lo hacemos con pena, pero nos reencontraremos en el camino de la vida. Desde estas líneas, yo personal y especialmente, queremos, quiero, desearos mucha suerte en lo que emprendáis, os lleváis un pedacito de nuestro corazón.
Transparente y primaria, necia y coherente. Con mal café si me llevan la contraria. Amiga de mis amigos e incondicional si la causa, aunque sea perdida, merece la pena, pero también divertida, independiente e inconstante en mis afectos. Y desde ya "a palabras necias, oídos sordos" Recordádmelo porfa. El resto ponerlo vosotros, pero leédme, porque en cada palabra, en cada pensamiento en cada entrada de este blog está mi corazón y mi esencia de persona. Besos para todos. (la gente lee esto)
Una gran pena...de los mejores sitios de Asturias para comer...incomprensible...animo y mucha suerte!
ResponderEliminarQué pena. Nos encantaba y siempre pensaban en vegetaroanos. Adrián majísimo.
ResponderEliminarUn camino como el de Las Reliquiasnse queda sin un importante apoyo logistico
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