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lunes, 10 de mayo de 2021

En el bicentenario de san Melchor de Quirós.

La Delegación de Misiones de la diócesis de Asturias no programó ningún acto especial para celebrarán el aniversario del nacimiento del primer santo asturiano. 

Apenas un puñado de peregrinos, entre fieles y sacerdotes, acudieron el pasado día 21 de abril al Santuario de Cortes (Quirós), aldea en la que vio la luz san Melchor hace dos siglos. Apenas unas treinta personas para la celebración de la misa solemne en la que no hubo ni representación oficial de la Diócesis, ni tampoco gaitas. La situación de pandemia y las medidas sanitarias han impuesto la prudencia en la celebración de este bicentenario que en situación de “normalidad” se haría de otra forma aunque siempre desde la sencillez que caracterizaba al joven misionero, muerto en martirio en 1858 a la temprana edad de 37 años en lo que hoy se conoce como Vietnam. Sin embargo, la mayoría de los fieles quirosanos opinan que la pandemia no es excusa para la ausencia de autoridades eclesiásticas.Melchor García Sampedro de Quirós nacía un 28 de abril de 1821 en el seno de una familia humilde y cristiana de Cortes (Quirós). En la vecina parroquia de Cienfuegos aún se conserva la pila bautismal en la que recibió las aguas bautismales. Fue el primogénito de siete hermanos, y pronto presentó, por influencia de su madre, una fuerte religiosidad. A la edad de 7 años la familia se trasladó a Arroxo dónde recibió la Primera Comunión y al tiempo que crecía su fe en contacto con los sacerdotes que allí estaban comienza a destacar como un gran estudiante. De Quirós se desplaza a Oviedo donde completa estudios en Filosofía y más tarde en Teología en la Universidad, al tiempo que crece su vocación religiosa. Melchor podía haber sido maestro o desempeñar su sacerdocio en una cómoda parroquia asturiana, pero se aventura en una misión mucho más ambiciosa y peligrosa: la evangelización a miles de km de los suyos. Así, ya como dominico, embarca hacia Manila en 1848 a la edad de 24 años para no regresar a su tierra, ni volver a ver a su familia con la que siguió en contacto por carta. Desde Manila su destino es Tonkín, guiado por su fuerte vocación evangelizadora y sabedor de la situación de persecución que sufrían los cristianos, ejerció su labor de forma incansable despertando admiración entre los demás misioneros. En 1855 con apenas 34 años se convierte en Obispo titular de Tricomía y coadjutor de Tonkín central, recae en el la responsabilidad de dirigir una amplia comunidad cristiana y el foco de atención se coloca sobre su figura, conocedor de la exposición y peligro que eso suponía, acepta valiente la misión. En 1857 tras el martirio del obispo Díaz Sanjurjo, Fray Melchor queda al mando. En ese tiempo, rodeados de violencia, afirma que “el infierno entero se ha conjurado contra ellos”. Muchos cristianos son apresados y decapitados y Fray Melchor, consciente de la posibilidad de martirio, muere, tras sufrir públicamente un tremendo suplicio, un 28 de julio de 1858 tras haber sido hecho preso 20 días antes.

Este dominico asturiano fue canonizado en Roma por S. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988.En aquella ocasión muchos fueron los quirosanos que lo acompañaron, el entonces alcalde Agustín Farpón, Miguel Coviella, sacerdote en Quirós que actualmente sigue ejerciendo allí su sacerdocio, un jovencísimo Roberto F. Osorio actual Cronista Oficial del concejo y Manolo Quirós, gaitero prematuramente fallecido y que llenó la Plaza de San Pedro con las notas de su gaita. San Melchor se convirtió así en el primer santo asturiano, un quirosano de Cortes. Y es en Cortes donde se mantiene vivo el espíritu del santo, en el santuario y en la casa natal, un ejemplo para conocer cómo era la vida en aquellos días: el llar, el escanu, las pequeñas habitaciones, testimonio de la pobreza material de aquellas gentes, pero de su grandeza humana. Respecto al santuario hay que decir que hasta el año 2000 estuvo abandonado, y es en este año cuando tras hacerse eco la prensa del estado ruinoso en que se encontraba, se acomete una reforma que le da el aspecto actual. La iglesia de interior austero se sitúa a la entrada del pueblo muy cerca de la casa natal del santo. 

Cuando en 1988 Se canonizó al primer santo asturiano, san Melchor, todos lo celebraron por todo lo alto. Los primeros los habitantes de Cortes y por ende todos los quirosanos. Tener un santo en el concejo suponía, no vamos a negarlo, un atractivo grande y un futura” fuente de ingresos, incluso la creación, quién sabe, de puestos de trabajo. Sin embargo, hoy en Cortes sólo hay un sencillo santuario, siendo la despoblación la tónica general del concejo. Alguna casa rural, muy bien cuidadas y en mi opinión, fantásticamente gestionadas y ya. El retraso para convertir la iglesia parroquial en santuario y la dejadez de la Diócesis en la promoción de Cortes y del santo dejo por el camino expectativas e ilusiones. Nada es lo que fue pero nada volverá a serlo si la figura del Santo no se da a conocer.




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