Para todo, la mejor solución es sonreír. Cuando te vaya bien y cuando mal. En el amor y en el desamor. Cuando tengas sensaciones negativas y cuando sean positivas. Cuando estés sola, con amigos o con Lola. Cuando tengas todas las respuestas y cuando no. Cuando eches a correr y cuando te quedes parada. Cuando haga sol y cuando te dejes empapar por la lluvia. Cuando se queme la comida y cuando no sepas que poner. Pero, sobre todo, sonríe cuando no sepas qué tiene él que tanto te gusta, qué ha echado en tu bebida para que hayas caído rendida, cómo a sus ojos te has convertido en la más bonita del baile. Sonríe cuando recuerdes la primera vez que le viste, el momento en qué te preguntaste ¿qué coño me está ocurriendo con este hombre? Sonríe porque tu sonrisa es tu mejor vestido y, sin duda, el mayor reflejo de la revolución que estás viviendo por dentro.
Transparente y primaria, necia y coherente. Con mal café si me llevan la contraria. Amiga de mis amigos e incondicional si la causa, aunque sea perdida, merece la pena, pero también divertida, independiente e inconstante en mis afectos. Y desde ya "a palabras necias, oídos sordos" Recordádmelo porfa. El resto ponerlo vosotros, pero leédme, porque en cada palabra, en cada pensamiento en cada entrada de este blog está mi corazón y mi esencia de persona. Besos para todos. (la gente lee esto)
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Hola!
ResponderEliminarNo es mal vestido el de la sonrisa :)