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sábado, 26 de marzo de 2022

La Fosa del Rellán. Cómo devolver la dignidad a quienes robaron la Vida.


Voy a Grao, estoy tan nerviosa, se lo que voy a ver y que me va a afectar. Estoy leyendo un libro en el que la protagonista es hipersensible, yo no tanto, pero no puedo evitar empatizar. Sé que los restos de la fosa podrían ser de mi gente. La primavera avanza rápido, las tierras están sembradas, reina la paz en las afueras de la villa. Voy al Rellán donde han abierto la tierra en canal para devolver la Dignidad a los asesinados por el franquismo en esta zona. El Rellán acoge un acto en reconocimiento a las personas asesinadas por la represión franquista, convocado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que recibe a familias y vecinos para explicarles cómo van avanzando los trabajos de exhumación. Entre los presentes se encuentran Sabino Fernández y Luisa Flórez de 90 y 95 años, respectivamente, que mantienen viva la esperanza de que entre los restos se encuentren los de sus padres asesinados y poder así descansar tras 84 años de oscuridad. La ancianidad de unos niños que perdieron a sus padres con 6 y 11 años y que luchan porque su ya cansada memoria no los borre de sus escasos recuerdos. Junto a ellos y en un segundo plano, el alcalde de Grao, José Luis Trabanco, Pepe Sierra quien fuera regidor tb en la villa, compañeros y compañeras de IU, amigos y algunos testigos, como yo misma en este caso, para ver con mis propios ojos una pizca de la ignominia que se produjo en este país y que se repite en tantos sitios, tantas veces. A la conclusión del acto, Luisa Flórez realiza una ofrenda floral. Flores con los colores de la República  sobre la tierra arcillosa del Rellán, sepultura que me avergüenza y que nunca debió de ser y nunca más tendría que ser, que saca los colores a muchos de los presentes, pero no a aquellos que quieren que el hormigón cierre para siempre el pasado en una caja estanca sin respetar el dolor de descendientes y burlándose de la sangre que sigue manando por las heridas. Hay que curar no tapar. Lo primero que me llama la atención al llegar a la finca del Rellán es lo cerca que está de la carretera general y lo accesible, hay una línea de banderitas naranjas que, según explican los responsables de la excavación, señala el lugar donde se produjeron los fusilamientos. A escasos metros de esta y más cerca del río, se encuentra la fosa, una antigua trinchera donde hacinados, muchos con un tiro de gracia, fueron arrojados. La forma en que se descubren los cuerpos delata cómo los tiraron dentro: como fardos, unos encima de otros, aún calientes y quizás aún vivos (me viene a la memoria la película de la Luz Prodigiosa en la que a Lorca no lo matan sino que queda malherido, cuántas historias como estas). La trinchera en zigzag ha descubierto diferentes fases de enterramientos, lo que indica que los asesinatos se produjeron en días sucesivos, que se corresponden con diferentes “sacas”.



 “Los sacaban de casa sin saber adónde iban, los llevaban al chalet de Patallo y de allí salían con destino al Rellán”, cuenta un vecino. Entre los objetos personales que muestra a los presentes David Ramírez, un voluntario experto en balística y en objetos de la época: un trocín de peine, una maquinilla de afeitar y un cepillo de dientes, unas gafas con su funda (pobre inocente que lleva a que le maten su cepillo de dientes). Recuerdos de vidas robadas a gente muy joven cuyas fotografías muestran la imagen de hombres y mujeres con inquietudes, culpables de creer en la libertad y en la justicia, que luchaban por un mundo mejor. Agricultores que leían, emigrantes retornados que leían, maestros que enseñaban a leer. La República trajo escuelas y después, los golpistas vencedores, tinieblas. A lo largo de la tarde intervienen los responsables de la excavación, Xergio Castro, arqueólogo, hace un resumen de cómo han sido los trabajos que han encontrado muchas trabas no solo las del terreno. Hasta el momento se han descubierto 30 metros de trinchera que ponen de manifiesto cuatro tandas de enterramiento, pero se ha constatado que aún sigue la trinchera hacia el Este de la finca. A la luz de los testimonios y de estos resultados, se cree que puede haber unos 30 los cuerpos humanos en la fosa de El Rellán. Los primeros 14 cuerpos fueron localizados y exhumados en la anterior campaña, el pasado mes de agosto, y en la actual han aparecido otros tantos, cuya exhumación no ha concluido. Los trabajos habían quedado paralizados porque una parte de la fosa estaba situada bajo una antigua granja de cerdos cuya edificación ha sido derribada para poder continuar y según apunta Marco González, vicepresidente de la Asociación “puede que el piso de hormigón de la misma haya actuado como sarcófago preservando los restos”. La existencia de este edificio obligó a dar por finalizada la anterior campaña que ahora se reanuda llevada a cabo por voluntarios de toda España. “Hay un equipo de tres personas que planifica el trabajo y el resto son voluntarios que dependen de sus vacaciones para venir, también hay gente jubilada. Lo mismo estamos en Ponferrada que en Asturias, en Córdoba o en Huesca” cuenta González mientras denuncia que esta labor debería de hacerla el Estado para restituir en sus derechos a las víctimas del franquismo y para que fuera más ágil. Junto a nosotros dos mujeres criban la tierra en busca de restos humanos o algún objeto que pueda ayudar a identificar los cuerpos. En fin. “La fosa del Rellán es la más conocida del concejo, fundamentalmente por el número de víctimas que están enterradas aquí y por eso se ha empezado por ella. La segunda prevista es la de La Garba donde hay cinco o seis personas que sepamos de ellas. Hemos llegado hasta aquí a través de la memoria. Creemos que casi todos los que aquí están son del concejo de Grao, puede que haya gente de otros concejos, pero no nos consta, se concluirá tras las pruebas de ADN. Personas represaliadas por el franquismo y víctimas mortales en Grao hay unas 230 de las que unas cuarenta son mujeres, un número muy elevado teniendo en cuenta que las mujeres no tenían un activismo político importante y más tratándose de una zona rural. Hay que llegar a la Verdad, después vendrán la Justicia y la Reparación y la verdad demostrará que estas personas fueron fusiladas, no tuvieron juicio y nadie dio cuenta de estos fusilamientos por lo tanto hay que sacarlos de debajo de la tierra para que sus familias los tengan con ellos», resume Pepe Sierra, quien fuera alcalde de Grao y hoy es el responsable de la Asociación de la Memoria Histórica en el concejo. Cae la tarde, hace sol aunque aún ya no calienta y ladra un perro, quizás también fuera un perro lo último que escuchó Ramón Fernández, el padre de Sabino, cuando salió de casa para no volver. 



Marcho afectada, con el corazón encogido y el dolor de riñones que se le ponía a mi abuela Elena cuando se ponía nerviosa. No he escuchado muchas historias de la guerra en mi casa, pero quizás si parte de la familia de mi madre no se hubiera trasladado desde Grao a Oviedo, estaría allí viendo sacar a mi bisabuelo o quizás no. La historia se escribe con renglones torcidos y muchas veces retorcidos hasta el infinito. La historia se repite para nuestra vergüenza. No quiero pensar, solo quiero llegar a casa y desconectar de esta tarde, aunque sé que quedará grabada para siempre en mi memoria, esa memoria que va abandonando a los más mayores pero que tenemos que proteger porque es nuestra responsabilidad. Se abre en canal la tierra en El Rellán para dejar a la vista los crímenes del franquismo.


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