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martes, 29 de julio de 2025

Estancias Coreográficas

Hablemos de talento, hablemos de talento sobre el escenario, el que sea. Hablemos de buena voluntad de los artistas y de los creadores, hablemos de generosidad. Hablemos de cultura, hablemos de conocimiento, de experimentación, de lenguaje artístico frente a la ignorancia, frente a la oscuridad, frente al desconocimiento, frente al genocidio. Hablemos de “Estancias Coreográficas”, un milagro que acontece cada verano, desde hace doce, en el desierto ovetense, aunque Oviedo ya no sea un desierto en verano. “Estancias coreográficas” que tuvo lugar este domingo en el Teatro Filarmónica, un espectáculo increíble, comunión entre música, intérpretes de la misma y bailarines, pura poesía. Un público entregado, el que va cada año a este encuentro sorprendente y un público fantástico el que “pasaba por allí” (hace falta más gente valiente que se atreva a entrar y probar). Un lujo conocer a Yoshua Cienfuegos, ovetense de nacimiento, pero de raíces quirosanas, capaz de gestionar tanto talento y responsable último del montaje que pudimos ver el domingo sobre las tablas del Filarmónica, nervioso entre bambalinas, pendiente de todo y de todos, rodeado de grandes profesionales, siempre innovador, siempre en movimiento. Hablemos del acierto del Ayuntamiento de Oviedo y de la Fundación Municipal de Cultura que yerra muchas veces, pero que en este caso se corona, dando “abelugo” a este trabajo año tras año. Un trabajo de investigación que es un auténtico ejemplo de lo que son las artes escénicas, en el que se ensamblan a la perfección las diferentes piezas de las mismas con la complicidad de otros artes. Merece la pena verlo y disfrutarlo. Hablemos de Cultura con mayúsculas, como derecho fundamental, como actividad económica, pero hable o de Cultura como llave de libertad, individual y colectiva. Y hablemos también de concejos en los que el horizonte de la Cultura se presenta muy lejano. Fotos @Pablo Villalta