Pienso en las despedidas que siempre son duras por tempranas,
en la temida orfandad cualquiera que sea la edad a la que la suframos.
Pienso en seguir,
en avanzar,
en crecer,
en creer,
en los comienzos de nuevos proyectos que te llenan de esperanza y renuevan las ganas.
Pienso en idas y venidas,
en lealtades y traiciones,
en amores correspondidos y frustrados.
En abrazos de consuelo nunca dados.
En abrazos de los otros, los que queman por dentro y por fuera.
En amaneceres que son realidad y en los que nunca llegan.
Pienso en lo que fue y lo que será.
Pienso en mi como tierra sedienta,
Y en tí como lluvia fecunda,
en el presente nosotros, recogiendo los frutos.
Pienso y respiro para poder seguir pensando.
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